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Amando de Miguel

Dudas deportivas

Acaba de salir un utilísimo diccionario deportivo que recomiendo a los libertarios interesados: José Luis Rojas Torrijos, La información y el deporte, (Sevilla: Aconcagua, 2005). Es un vademécum muy práctico para seguir la literatura deportiva. No tiene mucho sentido que glose aquí los aciertos de ese texto, pero sí puede tener interés recoger algunas discrepancias. Por ejemplo, aunque se dice “la alma máter” (= madre nutricia), realmente sería mejor “el alma máter”.
 
El texto de Rojas asegura que “caro” es un adverbio y por tanto no se puede decir “la derrota les costó muy cara”. Siento discrepar. Caro es tanto adjetivo como adverbio. Significa “de precio elevado”. Claro que la derrota puede ser muy cara y también hay victorias que resultan caras.
 
Don Luis sostiene que “India” va sin artículo. No sé por qué. Hay países que están más cómodos con el artículo: la India, la Argentina, el Perú, el Japón, etc. Claro que, si se elimina el artículo, tampoco pasa nada. Pero, si se dejan acompañar por el artículo, el discurso resulta más natural. Hay veces en que el artículo se puede poner junto al nombre de países que no lo llevan porque así lo exige la frase. Por ejemplo “La España profunda” o “la Alemania nazi”. Sostiene don Luis que el “verdadero gentilicio de París es parisiense, aunque está extendido el uso de parisino”. Para mí, es más español decir parisino, aunque lo de parisiense puede pasar. Dejemos los dos.
 
El texto aconseja: “Se escribirán con letra las expresiones cien por cien (cuando significa totalmente) o cincuenta por cien (la mitad)”. No estoy de acuerdo. Cuando no sigue un sustantivo detrás del porcentaje, hay que decir ciento, no cien. Por tanto, diremos mejor “ciento por ciento” o “cincuenta por ciento”. No veo por qué no se va a poder escribir 50% o 100%. Queda un poco antiguo lo de “cincuenta por 100”, norma que todavía siguen algunas imprentas.
 
Asegura don Luis que postular no es sinónimo de “ser aspirante” o de “presentarse” [a una elección]. Yo creo que sí. Es más, uno no solo se puede postular a sí mismo como candidato sino que alguien puede postular a otra persona para un cargo o elección. Siempre será mejor que “nominar”, aunque ese barbarismo está y a introducido en nuestras costumbres léxicas.
 
Por lo demás, como digo, el diccionario de Rojas es muy útil para seguir la literatura deportiva, tan llena de jergas y caprichos. Ya de paso, me permito recomendar otros dos libritos sobre el género: Néstor Hernández Alonso, El lenguaje de las crónicas deportivas (Cátedra) y Fundación EFE, El idioma español en el deporte.
 
Nacho García corrobora los datos históricos que justifican que el club de fútbol “Milan” sea llamado así, con voz grave. Don Nacho se plantea una curiosidad: por qué “al club Napoli se le llama habitualmente Nápoles, mientras que al club Torino nunca se le llama Turín”. Se me ocurre que Nápoles siempre fue así en español porque dependió varios siglos de la Monarquía española.
 
Roger Almirall me pregunta por el origen de la palabra empate. Es pariente lejana de pacto y paz. Se supone que es un resultado en el que nadie gana pero nadie pierde, y así no hay conflicto. Antes que en el deporte, se usó empate en el lenguaje forense para indicar que no prosperaba una acción, se detenía por falta de pruebas. Sostiene don Roger que, cuando son tres los que obtienen el mismo resultado, debería ser “doble empate” y no “triple empate”. Tengo dudas. Si A, B y C obtienen el mismo resultado, hay un triple empate, puesto que A=B, B=C y A=C.
 
Sostiene don Roger a que “los documentos del archivo de Salamanca no van a ser expoliados sino devueltos a sus legítimos dueños”. En ese caso, adiós archivos y museos todos. Concretamente, los Gobiernos de Bélgica, Holanda e Italia, entre otros, van a pedir la devolución de la parte que les toca a cada uno del Archivo de Simancas. México, Perú y otros países americanos pretenderán llevarse la parte de cada uno del Archivo de Indias en Sevilla. Recomiendo a don Roger la lectura del documentadísimo libroMuseo de Nieblade Gonzalo Santonja (Junta de Castilla y León). En él se contienen los miles de obras de arte, expoliadas de Castilla y León, que reposan en diversos museos de fuera de la región, entre ellos algunos catalanes. ¿Empezamos a devolver todo a su original emplazamiento?

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