Menú
Victor D. Hanson

Los políticos de hoy se inventan el pasado

la Historia no es un jueguito de salón que se usa para demostrar un punto de vista político. Más bien, en el mejor de los casos, la Historia debería ofrecernos el consuelo de que nunca estamos verdaderamente solos

La historia se evoca más y más en estos días, a pesar que cada vez menos personas la leen.
 
Esa apatía explica por qué cuando personajes públicos se dedican a hacer falsas analogías históricas por motivos políticos, por lo general les dan manos libres para exagerar la historia o distorsionarla. Tomemos por ejemplo al cineasta Michael Moore, que comparó a los terroristas en Irak con los “Minutemen*” de la Revolución Americana, o Yasser Arafat que insinuó que la toma de Jenin fue tan brutal como las batallas de Leningrado o Stalingrado. Hasta el senador Dick Durbin comparó las condiciones de Guantánamo con las de los campos nazis de la muerte.
 
De modo que la próxima ocasión que por enésima vez alguien parafrasee al filósofo George Santayana diciendo: “Aquellos que no recuerdan la historia están condenados a repetirla”, usted sólo suponga que lo que venga a continuación será probablemente un error. Tener una agenda llena de frases históricas para soltarlas en las fiestas con la intención de reforzar un argumento no es lo mismo que darse el duro trabajo de aprender sobre el pasado.
 
Por lo tanto, ahora puede darse por aludido de que la guerra contra el terrorismo está fallando porque ha durado tanto como la Segunda Guerra Mundial, como si la duración de la guerra, no el coste, determinase su éxito. Los casi 2.000 soldados americanos muertos en los combates de Afganistán e Irak, aunque sea trágico, son una fracción de los 292.000 americanos muertos en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial, un 0.6% exactamente.
 
La consigna “Bush mintió y miles murieron” acusa al Presidente Bush de cambiar sus razones para la guerra mutando su preocupación original sobre las armas de destrucción masiva. Pero aparte del hecho real que el Senado de Estados Unidos votó a favor de la guerra por 22 razones adicionales a ésa, las guerras, correcta o incorrectamente nos han ofrecido una variedad de cambiantes explicaciones públicas.
Lincoln condujo al Norte a la Guerra de Secesión poniendo énfasis en que era una lucha para preservar la Unión, no para prohibir la esclavitud. La Proclamación de la Emancipación no se aprobó hasta Enero de 1863, cuando el progreso logrado en la Unión fue suficiente como para permitir a Lincoln redefinir públicamente una práctica lucha de restauración a una de idealismo arrasador.
 
Woodrow Wilson (“Él nos mantuvo fuera de la guerra”) y Franklin D. Roosevelt (“Vuestros chicos no serán enviados a ninguna guerra extranjera”) ganaron la reelección prometiendo que no intervendrían en la lucha europea. Sin embargo, cuando los reeligieron, ambos se prepararon para la guerra, convencidos de que no se podía vivir con el militarismo prusiano o el fascismo del Eje. Y ya que Estados Unidos entró a la Primera Guerra Mundial sin primero ser atacados , ¿deberíamos considerar entonces que “Wilson mintió y miles murieron”?
 
El senador demócrata por Massachusetts, John Kerry, nos dio un recital sobre la Ley antiterrorista (Patriot Act**). “Somos una nación de leyes y libertades, no de que nos llamen a la puerta en mitad de la noche”. Sin embargo, hasta ahora, ese leve estatuto palidece ante las exigencias de pasados presidentes progresistas que en tiempos de guerra sí apresaron a inocentes, día y noche, sin advertencia alguna y a veces hasta sin justificación.
 
Abraham Lincoln suspendió el habeas corpus durante la Guerra de Secesión. Y durante la Primera Guerra Mundial, bajo la Ley de Espionaje y Sedición, Woodrow Wilson detuvo a ciudadanos sin juicio y criminalizó el difamar a Estados Unidos. Franklin Roosevelt condenó y ejecutó a saboteadores en tribunales militares y envió a miles de japoneses americanos a campos de internamiento.
 
Constantemente nos recuerdan los lamentables errores de inteligencia pero a partir del 11 de Septiembre de 2001 en adelante, sin embargo parecen casi mínimos a la luz de previos errores garrafales en la bruma de la guerra***.
 
Miles de americanos murieron en Shiloh, Pearl Harbor y la Batalla de las Ardenas porque los comandantes como Ulysses S. Grant, el Almirante Husband Edward Kimmel y Dwight D. Eisenhower no tenían ni idea de lo que planeaba el enemigo.
En nuestra confusión durante esta guerra, ¿por qué ignoramos la Historia tan a menudo o retorcemos sus detalles para que encajen con nuestros propios propósitos? 

Primero, en las escuelas, el estudio formal de la Historia ha dado paso a la agenda más ideológica de las Ciencias Sociales. El dominio de hechos históricos es considerado pasado de moda al mismo tiempo que los menos educados se dedican a “hacer teorías” para demostrar sus ideas preconcebidas.
 
Segundo, las buenas intenciones no siempre son comparables a la buena Historia. Ser políticamente correcto a menudo nos lleva a crasos errores y relega a la Historia al nivel del melodrama y niega el poder de la Historia para poner la tragedia en contexto.
 
Tercero, somos esclavos de esta era actual tan opulenta y estamos convencidos que nuestras propias experiencias deprimentes son únicas y como lógica consecuencia hace que todas las calamidades previas se vean empequeñecidas.
 
Pero la Historia no es un jueguito de salón que se usa para demostrar un punto de vista político. Más bien, en el mejor de los casos, la Historia debería ofrecernos el consuelo de que nunca estamos verdaderamente solos.
 
Notas de traducción:
 
* Minutemen: Eran civiles americanos armados que estaban en activo durante la Guerra de la Revolción Americana listos para atacar al minuto de ser avisados y unirse a los soldados de uniforme. Se usa especialmente para los que se enrolaron en 1774 por el Congreso Provincial de Massachusetts y que eran granjeros que pelearon contra los británicos en Lexington y Concord.
 
** PATRIOT: Es un acrónimo con el que se hace un juego de palabras. PATRIOT significa "Providing Appropriate Tools Required to Intercept and Obstruct Terrorism" (Proporcionar herramientas adecuadas para interceptar y obstruir el terrorismo).
 
*** La bruma de la guerra: Término atribuido al analista militar prusiano Karl von Clausewitz, que describe la falta de información que ocurre durante una guerra. Más importante aún, se refiere a la incertidumbre de cada lado sobre las capacidades y los planes del enemigo pero también incluye el caos que sucede dentro de las propias fuerzas, por ejemplo cuando se malinterpretan las ordenes o se equivoca el camino a tomar.

En Internacional

    0
    comentarios