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Isabel Durán

El simulador democrático

tenemos un presidente preso de una situación de “esquizofrenia política” que no puede explicar que el aumento de tropas españolas en Afganistán se debe a su colosal disparate de huir de Irak

El curso político ha comenzado con la intervención del ministro de Defensa en el Congreso de los Diputados para dar cuenta sobre las circunstancias de la muerte de los 17 militares españoles y varios heridos al caer sus helicópteros en Afganistán. Ha quedado de nuevo patente la viciada situación política actual. Las más de cinco horas de duración de la comparecencia de José Bono ha sido un calco de lo tantas veces visto a lo largo de la Comisión de no investigación del 11-M.
 
Resulta patético ver a los otrora rabiosos perros de presa contra el PP por la participación humanitaria en la guerra de Irak reconvertidos en mendicantes chihuahuas situados al margen de cualquier luz de la razón, el rigor y el respeto a los más elementales principios democráticos, empezando por el derecho a conocer la verdad sobre el siniestro de Afganistán. Lobos con piel de chihuahuas en realidad ya que el asaltador de piscinas e intimidador de periodistas sigue siendo miembro del club de socios de ZP, –a cuyo Gobierno ha dado hoy bien de jabón– sin que nadie le haya reconvenido su delictiva y antidemocrática actitud.
 
Ha sido un triste estreno de curso político que refleja a la perfección la pantomima de ficción democrática que se vive con el Gobierno de Zetapé y que presagia un año de oscurantismo y de ley del silencio preocupantes. No hacía falta tanto simulador de vuelo y sí respuestas. Ni un solo documento, ni una sola incógnita despejada, empezando por la misión de los militares muertos. Ni media explicación sobre por qué se rechazó la ayuda de la OTAN, ni tan siquiera la aportación de las conversaciones entre las dos naves siniestradas, aunque el ministro no ha desmentido el tristemente famoso “todo va cojonudo” por parte del piloto que seis segundos después fatalmente se estrellaba.
 
Lo que ocurre es que, como ha señalado Eduardo Zaplana, tenemos un presidente preso de una situación de “esquizofrenia política” que no puede explicar que el aumento de tropas españolas en Afganistán se debe a su colosal disparate de huir de Irak. Pero no importa, sus socios y su Gabinete, como se ha visto hoy en el Congreso, navegan felices en el simulador democrático de la Alianza de Civilizaciones que han impuesto por decreto.

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