Aparece una entrevista a Ricardo de la Cierva en el ciclo que el diario El Mundo dedica a la Guerra Civil. Es un documento de gran interés, en un doble sentido: en cuanto al historiador madrileño, porque una larga vida de investigación le ha premiado con un inteligente distanciamiento y una admirable capacidad expositiva; en cuanto a las preguntas del entrevistador, funcionan como una especie de laxante.
En un apartado titulado La mentira sistemática, don Ricardo se lamenta de la persistencia en el error y en la mentira de una serie de profesores. Y remata: “Afortunadamente, también hay libros serios”. Y cita dos de ellos, el uno de Ángel David Martín Rubio y el otro de Juan Ramos. Inmediatamente, a esos “libros serios” opone el entrevistador lo siguiente: “Pero, últimamente, parecen abundar más los libros de otro tipo, los de Pío Moa, César Vidal…”
Falto quizá de reflejos, o debido a la capacidad de síntesis escorada del entrevistador, Ricardo de La Cierva responde que “los libros de César Vidal y Pío Moa han sido reacciones. Han visto esta especie de marea roja, han investigado y han salido”. Pierde el ex ministro la ocasión de repetir su juicio sobre Pío Moa tal como aparece en la nota 1 de la pág. 71 de su Historia actualizada de la Segunda República y la Guerra de España 1931-1939, nota referida al libro de Pío Moa Los orígenes de la guerra civil española, y que reza: “Este libro es absolutamente esencial para analizar la Revolución de Octubre de 1934”. Además, el capítulo 2 del texto integral de De la Cierva se cierra con estas palabras: “En su luminoso libro ya citado, el historiador Pío Moa ha vuelto a confirmarlo y a demostrarlo recientemente [que la guerra del 36 es consecuencia directa de Octubre]. Nadie se ha atrevido a contradecirle desde posiciones históricas serias”. Colijo que, en ese punto, para don Ricardo el único historiador serio es Pío Moa.