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Alejandro A. Tagliavini

Guerrillas International Hotel & Resort

No sorprende que uno de los más sanguinarios terroristas latinoamericanos, el argentino Gorriarán Merlo, fuese indultado por el anterior gobierno peronista y así Buenos Aires se ha convertido en el Guerrillas International Hotel & Resort

Una reciente columna de Mary Anastasia O'Grady en The Wall Street Journal enfureció al gobierno argentino al señalar que no se podía confiar en Argentina para combatir el terrorismo, ya que rechaza los pedidos de extradición, como el de un terrorista chileno que en plena democracia participó en graves atentados. Argentina también rechazó la extradición de un vasco acusado de terrorista por la justicia española.
 
Los terroristas argentinos circulan libremente por el país, como si nada nunca hubiera pasado. Bueno, después de todo, muchos de esos terroristas hoy son funcionarios del gobierno y el presidente Kirchner veía con simpatía a la banda terrorista Montoneros.
 
Días más tarde se publicó en varios medios una columna de Álvaro Vargas Llosa, donde se descubría la personalidad sanguinaria e inhumana del "Che" Guevara. Esta columna provocó la reacción de un lector, cuya carta fue publicada por el diario La Nación, donde comparaba al Che con el héroe de la independencia argentina, el general San Martín.
 
No sorprende que uno de los más sanguinarios terroristas latinoamericanos, el argentino Gorriarán Merlo, fuese indultado por el anterior gobierno peronista y así Buenos Aires se ha convertido en el Guerrillas International Hotel & Resort.
 
Hace pocos días, el subsecretario adjunto del Tesoro norteamericano para la lucha contra la finanaciación del terrorismo, Daniel Glaser, fue terminante al declarar que "hay financiamiento de terrorismo en la Triple Frontera" (el punto de encuentro geográfico entre Argentina, Brasil y Paraguay). También recordó que su país identificó a Assad Ahmad Barakat como uno de los miembros de la organización Hezbolá que en la zona de la Triple Frontera financian al terrorismo. En junio del año pasado, el gobierno norteamericano señaló a Barakat como un "financista terrorista clave en América del Sur" que desvía fondos hacia Irán y el Líbano.
 
Durante esos mismos días, La Nación denunció que el gobierno argentino estaba considerando dar asilo político a seis "ex" terroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La respuesta del gobierno no se hizo esperar. El ministro del Interior aseguró que iniciaría una investigación para descubrir quién fue "el funcionario o empleado infiel" que dejó trascender esa información y prometió que ese personaje iba "a terminar preso".
 
Acto seguido, el ministro aseguró que en el país "no hay nadie que no tenga que estar, porque la Argentina nunca será una cueva para terroristas de ninguna característica". Y agregó: "Acá pareciera que, como el gobierno tiene un gesto progresista, es permisivo". Curiosas declaraciones si tenemos en cuenta que son públicas y notorias las visitas esporádicas de Javier Calderón, uno de los representantes diplomáticos de las FARC, quien dio diversas conferencias en la capital y en el interior del país.
 
En fin, el ministro podría tener que ir al Congreso, donde un diputado quiere preguntarle por qué tantos peruanos han recibido refugio político; ¿no habrá "ex" miembros de Sendero Luminoso? Y todo esto sin contar con que fuentes de las fuerzas de seguridad admiten que se detectaron otros ingresos no legales de ex miembros de las FARC, quienes se establecen en la Argentina como parte de bandas de narcotraficantes.
 
Pero, cuidado, no todos los terroristas están felices con el servicio que se les presta la Argentina. Al menos uno de ellos se quejó, después de su salida del país, de no estar conforme con la asistencia que recibía como candidato a refugiado, esto es, un pago mensual de apenas 150 dólares y el alojamiento en una pensión de Buenos Aires con categoría de apenas dos estrellas. Es decir, primero nos matan y después les pagamos, con nuestros impuestos, el alojamiento y sus gastos, mientras permanecen en elGuerrillas International Hotel & Resort.

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