Rodríguez Zapatero se está mostrando como un gran conocedor de la física cuántica y como un fiel exponente de la teoría de la relatividad aplicada a la práctica política. Según el principio de incertidumbre de Heisenberg, resulta imposible conocer la posición y la cantidad de movimiento de una partícula ya que el producto de la desviación típica de la posición y la cantidad de movimiento es superior o igual a la constante de Planck dividida por dos veces pi. Nos sorprende gratamente el nivel de cultura científica de nuestro presidente y la facilidad con que aplica sus principios fundamentales a las decisiones más importantes.
El problema es que hasta que Rodriguez no comprenda que en política existen valores morales absolutos e independientes de la cultura y del tiempo, seguirá aplicando a su acción de gobierno el principio de la relatividad de Albert Einstein y se seguirá equivocando. Hasta que no sea capaz de discernir entre apaciguar un régimen dictatorial y derrotarlo, seguirá aplicando el principio de incertidumbre de Heisenberg y se seguirá equivocando.
La libertad es un valor moral absoluto, como lo es la vida. Esta es la causa de que los regímenes dictatoriales constituyan sistemas inestables. No se puede luchar eternamente contra las libertades individuales porque como la historia se ha encargado de demostrarnos una y otra vez la libertad triunfa siempre y por encima de todo. No tiene nada que ver con la religión católica ni con la cultura europea o americana, ahí están Japón, Turquía o Corea del Sur; es algo mucho más profundo e inherente a la condición humana.
¿Cómo pueden ser Rodriguez Zapatero y su partido tan egoístas y tan ignorantes? ¿Cómo puede quedarse de brazos cruzados frente a la desgracia de los habitantes de los países que no gozan de las ventajas de un régimen democrático después de lo que lucharon nuestros antepasados por obtener una España democrática y constitucional? Lo que parece no entender es que su cobardía tiene consecuencias muy graves. La primera es que los individuos de estas sociedades siguen sufriendo represiones, se sigue practicando la ablación y siguen muriendo fusilados o lapidados cada día. La segunda es que estos regímenes continúan fomentando el terrorismo, y son las sociedades democráticas las que sufren sus consecuencias. ¿Cómo puede ignorar el sufrimiento de las víctimas de Nueva York, de Madrid o de Londres?
Esta vez no logramos adivinar que sabio principio de la física aplica usted en su razonamiento. ¿Tal vez: ande yo caliente...?
