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Fundación Heritage

¿Contra la guerra? Una pregunta…

Una cosa es oponerse a la guerra en Irak, pero otra muy distinta es rehusar a ver el mal de aquellos contra los que nos enfrentamos allí.

Dennis Prager

Todos los que apoyan la guerra americana en Irak deberían hacer un trato con cualquiera que se oponga a la guerra. Ofrézcase a contestar 20 preguntas, las que quieran preguntarle con la condición que le contesten a usted sólo una pregunta:

¿Cree usted que estamos luchando contra gente malvada en Irak?

Los que apoyan el esfuerzo de la guerra ven como gente malvada a los baasistas y a los terroristas suicidas islámicos que son contra los que peleamos en Irak.

Porque si usted no puede contestar la pregunta, evita contestarla o contestase “no” entonces ya sabemos lo suficiente sobre su compás moral como para darnos cuenta que no vale la pena seguir hablando. En realidad, el diálogo es algo imposible con usted. Nuestro entendimiento sobre el bien y el mal es tan distinto del suyo que simplemente no hay nada de que hablar. Si alguien hubiese preguntado hace 100 años “¿Cree usted que los blancos que linchan a los negros eran malvados?” y el otro se hubiese negado a contestar que sí, también hubiera sido alguien con quien no se puede dialogar.

Aquí tiene algunas respuestas que seguro escuchará:

1. La Administración Bush es tan malvada como ellos: Han invadido ilegalmente un país que no era una amenaza; han “mentido” para que vayamos a Irak; es una guerra para sacar beneficios económicos.

2. Algunos contra los que luchamos son malvados pero no todos; ellos simplemente luchan contra la ocupación extranjera de su país.

3. No podemos llamar malvado a nadie; sólo Dios puede emitir esos juicios.

Responderé a esas “respuestas” pero aquí lo más importante es comprender que ninguna de esas respuestas responde a la pregunta. Si hace usted la pregunta a algún opositor de la guerra, no lo deje escapar, haga que le contesten la pregunta: ¿Cree usted que estamos luchando contra gente malvada en Irak?

Con respecto al asunto de juzgar malvado a alguien, la mejor respuesta es una pregunta: ¿podemos juzgar a cualquiera como bueno (no perfecto, sólo bueno)? Por supuesto que sí. Pero si no podemos llamar malvado a nadie, tampoco podemos llamar bueno a nadie y sabemos con certeza que sí hay gente buena. Y si hay gente buena, tiene que haber gente que no es buena, o sea, gente malvada.

Cualquiera que no se sienta incapaz de juzgar la moralidad de gente que degüella a inocentes, que pone bombas en medio de un mercado y que asesina a cualquiera que trata de ayudar a que las mujeres consigan derechos humanos básicos es un tarado moral.

Decir que la Administración Bush es malvada al igual que esa gente, también revela los valores de quien contesta. Una cosa es creer que la guerra fue un error pero otra muy distinta es verla como el deseo de la Administración de enriquecer a Halliburton, expandir el “imperio americano” o porque los neocons judíos han empujado a los dóciles gentiles –Bush, Cheney, Rice, Rumsfeld– a hacer la guerra “en nombre de Israel”. Semejantes opiniones pertenecen a personas que están tan enfadadas contra los conservadores y han sufrido un lavado cerebral tan profundo que han perdido la capacidad elemental de identificar el verdadero mal, ese mal encarnado en los terroristas islamistas y baasistas junto con los “insurgentes”.

Para terminar, las gentes a las que nos enfrentamos en Irak odian la libertad, odian los derechos para las mujeres, odian a los no musulmanes y harán todo lo que puedan para asesinar a iraquíes inocentes y otros con tal de minar la marcha hacia la libertad en Irak. Ellos no están luchando contra invasores extranjeros, sino contra liberadores extranjeros y demócratas domésticos

Vale la pena volver a señalar que ninguna de esas respuestas dan una respuesta directa a la pregunta: ¿cree usted que estamos luchando contra gente malvada en Irak?

Una cosa es oponerse a la guerra en Irak, pero otra muy distinta es rehusar a ver el mal de aquellos contra los que nos enfrentamos allí. Eso es lo que la izquierda en Estados Unidos hace como norma. Justamente por eso la guerra cultural es tan importante como la guerra militar en Irak.

©2005 Creators Syndicate, Inc.

**Traducido por Miryam Lindberg

Dennis Prager es periodista y comentarista radiofónico muy respetado en Estados Unidos, su programa se transmite desde Los Ángeles diariamente desde 1982. Sus artículos aparecen en grandes publicaciones americanas como The Wall Street Journal, Los Angeles Times, Townhall y el Weekly Standard, entre otras.

Libertad Digital agradece a Dennis Prager y a la Fundación Heritage el permiso para publicar este artículo.

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