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Amando de Miguel

Prosodia

La explicación más sencilla es que Zapatero no sabe hablar en público.

Miguel Ramos (emigrante retornado de Venezuela) descubre que en España ha desaparecido la distinción entre la forma de pronunciar la be y la uve. Por lo visto, en Venezuela las dos se dicen be pero se pronuncian de forma ligeramente distinta. El sonido uve, como en “vaca” (animal), nos acercaría más a la efe. Me pregunta don Miguel si esa distinción es algo tradicional o un anglicismo. La inmensa mayoría de los españoles no hacen esa distinción. No tiene nada que ver con la influencia del inglés. Seguramente en el castellano tradicional se distinguía entre el sonido de la be y de la uve. Simplemente, se ha perdido por la evolución de la lengua, por comodidad. Sin embargo, la distinción se conserva en una buena parte de la población de la Comunidad Valenciana, Murcia, Almería y Granada. Es más, tengo oído que ciertas personas de Murcia o Granada pronuncian un sonido cercano a la uve para algunas palabras que llevan la be alta. Lejos de irritarme, es una variación que me agrada.

Don Miguel se encuentra, al llegar a España, que ahora llamamos “matrimonio” al acuerdo entre dos homosexuales. En su opinión se trata de un asunto ideológico más que lingüístico o legal. Recuerda que “la mayoría de los gobiernos totalitarios comunistas se llamaban a sí mismos República Democrática de…” Don Miguel razona que no es más que un reflejo del newspeak (= doblelenguaje) al que se refiere George Orwell. “Es el idioma que parece estar hablando Zapatero y sus ministros”. Muy en su punto.

Norberto Cabrillo Bolado advierte, con buen criterio, que los nombres de pila compuestos deben pronunciarse de tal manera que el acento se desplace al segundo. Así, José María se dirá Josemaría. En cuyo caso no entiende, por ejemplo, por qué se pronuncia Luis Mariano y no Luismariano. Lo ignoro. Quizá sea porque Mariano hacía de apellido. Esa es, quizá, la razón por la que el actor Juan Diego Ruiz Montero es conocido por Juan Diego, que no se pronuncia Juandiego. Santiago Ramón y Cajal se pronunció así y no Santiagoramón, porque Ramón es apellido. La famosa presentadora de televisión Ana Rosa Quintana es conocida como Anarrosa, siempre en términos prosódicos.

Jorge Alejandro [Alex] Waterhouse-Hayward (Canadá) es un enamorado de las plantas. Tiene en su jardín 500 variedades de hosta. Me pregunta qué sea eso de la hosta. No tengo ni idea. Ni siquiera aparece en el Dioscórides puesto al día. También se me queja don Alex de la voz perenne con esa doble ene, realmente impronunciable. Pues habrá que hacer un esfuercillo, a pesar de que muchos españoles pronuncian peremne y algunos lo escriban así. En cambio el cannabis se puede pronunciar kánabis y tan tranquilos.

Mª Paz Velázquez afirma: “Como andaluza, siempre he tenido un poco de complejo por mi defectuosa pronunciación del español”. Aun así, se escandaliza de que por la radio digamos “Estao” o “abogao”, cosa que le “suena fatal”. Pues que no le suene. En el lenguaje hablado hay que ser más condescendientes, como lo somos los de Despeñaperros para arriba cuando oímos que los andaluces se comen las eses finales. No pasa nada. Hay que ser estrictos con el lenguaje escrito y un poco más tolerantes con el hablado. Las variaciones en la pronunciación del español son mínimas comparadas con las del inglés.

Juan José busca una explicación de la extraña prosodia de Zapatero, que es la de “hablar troceando las oraciones”. Pone como ejemplo: “He de expresar mi más… enérgica condena… de los sucesos… ocurridos hoy… hace un año”. Ignoro cómo se llama esa figura y por qué se manifiesta. Da la impresión de que el señor presidente quisiera facilitar la traducción simultánea. O quizá recuerde la forma en la que el maestro leía el dictado en la escuela. Puede que sea una adaptación al sistema de leer su discurso en una pantalla delante de la cámara de televisión. La explicación más sencilla es que Zapatero no sabe hablar en público. Pero no llama la atención porque esa manifestación de nesciencia es lo común en la llamada clase política. No se me alcanza por qué se dedican a la política los que no saben hablar en público, si ese va a ser su principal menester.

Luis Pestaña razona que el ceceo y el seseo procede de que en el castellano antiguo había dos sonidos de la ese, sorda y sonora. La ese sorda (braço) se transformó en sonido zeta para algunos hispanoparlantes. Con buen juicio, señala don Luis que es inverosímil la leyenda de que muchos españoles cecean porque era un defecto que tenía Felipe II. Se hace la pregunta de si el sonido zeta en inglés (th) es porque Isabel I de Inglaterra también ceceaba. Es claro que se trata de una suposición estúpida. ¡Ah! Pero las explicaciones estúpidas suelen tener una gran aceptación.

Etsuo Tirado Hamasaki (México) protesta, con razón, porque lo había yo identificado como peruano. Mil perdones. El error está en la asociación con Fujimori, el peruano de origen japonés. Don Etsuo tendrá ascendencia japonesa, pero es muy mexicano, del Estado de Sonora. Su tesis es que el seseo de los mexicanos y otros hispanoamericanos proviene de que muchos conquistadores eran andaluces y vascos, que no cecean. Creo que es una interpretación razonable. En efecto, en Andalucía y el País Vasco muchos sesean, aunque no todos. En el País Vasco el seseo casi ha desaparecido. Se asocia al habla popular de los campesinos (baserritarras). Es más, en Andalucía hay zonas (Andalucía occidental) donde incluso pronuncian como zeta las palabras que se escriben y se pronuncian con ese. El seseo se ha mantenido mejor en los canarios, que también emigraron mucho a América (Venezuela sobre todo). Un castellano como yo apenas distingue el acento de un canario y de un venezolano. Una última curiosidad: el Rey Juan Carlos a veces saca un extraño acento parecido al mexicano.

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