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José García Domínguez

El reencuentro

el PSOE y la Eta, aunque no quieran reconocerlo, caminaron juntos y del brazo durante un largo trecho del camino: todo el franquismo

Si lo he recordado ahora, debe ser porque acabo de leer que Zapatero y la Eta al fin se han entendido; seguro que ha sido por eso. Aunque conozco la historia desde que se la oí contar a la Fallaci en una conferencia, hace años. Ella lo había sabido –según nos confesó– por uno de los dos protagonistas, Pietro Nenni, el gran líder histórico del Partido Socialista Italiano y combatiente laureado de las Brigadas Internacionales en España. Sucedió en Cannes mientras corría el mes de junio de 1922. El secretario general de los socialistas y el otro, antiguos camaradas, pasearon durante toda la noche del brazo y en animada charla, hasta arribar de madrugada al paseo marítimo de Niza. Allí, aún habrían de seguir con sus amigables cuitas hasta mucho después de que hubiera salido el sol. Porque sólo una coalición invencible entre el sueño y el cansancio iba a poder separarlos. Llegado ese triste instante que ambos pujaban por aplazar, se despedirían. “Adiós, Beni”, susurró el líder del antifascismo; “Adiós, Pietro”, correspondió con naturalidad aquél. Pues Beni siempre respondía por ese diminutivo cariñoso ante los amigos de los viejos tiempos, como Pietro. Aunque únicamente ante ellos; frente al resto de los mortales jamás dejaría de ser Benito Mussolini, Il Duce.
 
Por muchos que hayan sido los desencuentros, entre añejos compañeros de viaje esas cosas ocurren, siempre cabe otro paseo fraternal. E igual que Beni y Pietro, el PSOE y la Eta, aunque no quieran reconocerlo, caminaron juntos y del brazo durante un largo trecho del camino: todo el franquismo. A la izquierda le gustaría que lo olvidásemos, por eso hay que repetirlo cada día: el esfuerzo sistemático por avalar intelectual y políticamente a los micronacionalismos totalitarios, fue su único éxito cultural durante la dictadura. De ahí que ahora, cuando el hijo pródigo del antifranquismo perpetuo parece decidido a volver al redil familiar, vayan a reencontrarse en el mismo punto donde se bifurcaron sus rutas. Aunque quien retorna al borde del precipicio, a la Ruptura, no es la banda nacionalista, que nunca se ha movido de ahí, sino el Partido Socialista. Y es que el viejo PSOE de González abjuró de su pasado y se lanzó a matar etarras por la misma razón que este PSOE de Zapatero lo quiere recuperar abrazándose a ellos: por una concepción de la legitimidad del sistema, la que asumió el uno y la que repudia el otro. Porque la legitimidad nacida de la Reforma y la Constitución del 78, ésa que siempre han negado todos los grupos en los que se apoya el Gobierno, es exactamente la misma que combate la Eta con las pistolas, y el nuevo PSOE de Zapatero con las páginas de Opinión deEl País. Así, en el inminente instante del final feliz, todo se reducirá a llevar su certificado de defunción al BOE. Sugiero un título para el decreto único: “Hola, Beni. Hola, Zetapé”.

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