En un artículo sobre la perfidia empresarial, Eduardo Haro Tecglen resumió así la infame estrategia capitalista: “lo que importa son salarios bajos y precios altos”.
Según el ilustre columnista, dicha estrategia es desarrollada por quienes de verdad mandan, dado que “el poder del dinero está por encima del poder político”.
Si los capitalistas son tan poderosos, cabría esperar lógicamente que consiguieran lo que se proponen. Y, por tanto, la norma debería ser los salarios bajos y los precios altos. Pero jamás lo han logrado.