Nos invade una ola de optimismo desbordado. Vanderlei Luxemburgo, que parece no haber aprendido la lección, ha dicho que el Real Madrid va a ganar la Liga. En tres ocasiones diferentes lo dijo: "Vamos a ganar la Liga, vamos a ganar la Liga, vamos a ganar la Liga". Y se quedó tan pancho. Bien es cierto que la temporada pasada habló de la "triple corona", luego ésta ha rebajado un poquito el listón. Me llamó la atención el tono en la respuesta de Luxemburgo. Un tono tajante. Un tono firme. Incluso un poquito indignado al final, como si los periodistas quisieran hacerle el control de alcoholemia nada más salir de la sala de prensa. Pero si no se lo hicieron cuando dijo que el Madrid no jugaría con extremos ya no se lo harán nunca.
El optimismo ha invadido también al nuevo capitán de Copa Davis, el ex tenista, ex pareja de Sergio Casal y, aún hoy, comentarista de Televisión Española, Emilio Sánchez Vicario. Dice Sánchez que "España tiene el mejor equipo de la Copa Davis". Pero en este capítulo en concreto a Vicario, el chico de Pedro Muñoz, le asiste toda la razón del mundo. Nunca hubo dudas sobre la calidad de nuestros tenistas. Las únicas que surgieron lo hicieron a propósito de la unión y estabilidad del equipo, y esas las generó el propio Muñoz eligiendo para el puesto a alguien inadecuado. Ojalá a España le siga yendo tan bien como a hasta ahora, ojalá. Lo tiene difícil porque primero jugamos con Bielorrusia y, si pasamos la eliminatoria, con Australia o Suiza.