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Federico Jiménez Losantos

La discriminación del español por el PP

¿Hasta cuándo va a seguir el PP copiando la política discriminadora de Pujol, que es el modelo de todas las que han venido después?

Dos lunares de tamaño considerable empañan, a mi juicio, el gran discurso liberal de Rajoy en la Puerta del Sol: la referencia elogiosísima a la Monarquía, cuando es más que evidente que el Rey no cumple el papel moderador que la Constitución le adjudica, ya que no protege a la media España perseguida por el Gobierno, y la defensa sin matices del Estado de las Autonomías, como si no tuviera nada que ver en la persecución creciente de ciudadanos españoles por razones lingüísticas o culturales. A eso se ha añadido el anuncio de que el PP va a denunciar las multas que padecen los comerciantes catalanes que rotulan sus establecimientos en castellano. ¿Coherencia? Con el discurso de Rajoy, sí. Con la política lingüística del PP, no.
 
Porque en las comunidades bilingües donde el PP ha gobernado (Galicia) o gobierna (Comunidad Valencia y Baleares), los padres castellanohablantes no pueden escolarizar en su lengua materna a sus hijos, desde la guardería a la Universidad, como sí hacen, por que pueden, los que quieren escolarizarlos en gallego o catalán (o valenciano) Y eso es una discriminación bastante más grave, a largo plazo, que la que sufren los comerciantes catalanes por no poner en su tienda “Autoservei Catalunya” en vez de “Autoservicio López”.
 
¿Hasta cuándo va a seguir el PP copiando la política discriminadora de Pujol, que es el modelo de todas las que han venido después? ¿Hasta dónde piensa extender Piqué su adhesión genuflexa a la política lingüística nacionalista, de CiU ayer y del Tripartito hoy, que discrimina a la mitad de la población desde la cuna hasta la sepultura de su condición ciudadana? 
 
Que no se engañe Rajoy: no se puede volver al estado de las Autonomías tal y como funciona hoy, en ese ansia continua de competencias y ese creciente despotismo localista que lleva, por ejemplo, al nuevo Estatuto de la Comunidad Valenciana a discriminar a los castellanohablantes del mismo modo que lo hace el bodrio del Tripartito. Obras son amores y no buenas razones. Hay que predicar con el ejemplo.

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