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Amando de Miguel

Si no quieres trabucamientos, toma dos tazas

Es posible que el señor burgomaestre de El Puerto sea disléxico. En cuyo caso le perdonamos tantas atrocidades. Un mitin de ese señor debe de ser un espectáculo.

Son muy ilustrativos los trabucamientos con nombres y apellidos, esto es, los atribuidos a un personaje público. En este caso Fernando Álvarez Soto ha tenido la santa paciencia de recoger los trabucazos que dispara el sempiterno alcalde de El Puerto de Santa María, Hernán Díaz Cortés, con ese nombre de adelantado de las Indias. Transcribo solo una muestra de su florido lenguaje:

  • "los mafles” (= bafles, altavoces)
  • “cuando puédamos” (= podamos; por lo mismo váyamos, téngamos, etc.).
  • “tenía mal las almorroides” (hemorroides o almorranas)
  • “a comer, que es gerundio”
  • “no tenemos noticias por estos lagares” (= lares).
  • “es un tema revertible” (= convertible o reversible)
  •  “no se pueden pedir peras al horno” (= olmo)
  •  “el secretario es el fedaratario (= fedatario) público”.
  •  “era su onómino” (= homónimo o sinónimo).
  •  “se le van a caer los pelos (= palos) del sombrajo”.
  •  “eso viene petrificado (= tipificado) en el Código Penal”.
  •  “recoger las aguas fluviales” (= pluviales).
  •  “me vi entre los pies (= la espada) y la pared”.

Es posible que el señor burgomaestre de El Puerto sea disléxico. En cuyo caso le perdonamos tantas atrocidades. Un mitin de ese señor debe de ser un espectáculo.

Juan Luis Lorenzo Bragado (primo lejano, por lo de Bragado) se extraña de que no haya comentado aquí lo del fraternariado. Es una expresión más de ese lenguatrapo que es Moratinos. Lo digo con admiración, pues ya es mérito llegar a ministro de Asuntos Exteriores con esa facilidad para destrozar el léxico. Está también lo de paternado, partenado o partenariado (= partnership), al que ya le he dedicado alguna glosa. Solo una sugerencia. Por si lo de fraternariado (= hermandad) pudiera sonar machista, dígase sorolaliado.

Una vez más, advierto que el estudio de los trabucamientos sirve para entender mejor la estructura del idioma. Francisco J. Baena se ha entretenido en apuntar los simpáticos trabucamientos de algunos altos directivos de las empresas de su ramo:

  •  “No se me dan bien los mecanos” (= la informática).
  •  “Ha salido como una instalación” (= exhalación).
  •  “Es un actor encasquillado (= encasillado) en su papel”.
  •  “Hay que huir de la zona de sombría (= umbría) pues se forman capas de yelo” (= hielo).
  •  A más a más” (= además; el hablante es madrileño).
  •  “Aquí cada uno está en su obículo” (= cubil, cubículo).
  •  “Nos hemos gastado cantidades indigentes (= ingentes) de dinero”.
  •  “No nadamos en la ambulancia” (= opulencia).

Ana Natera Ruiz da cuenta de un diálogo en una consulta del urólogo. La mujer del paciente se expresa así:

  •   “Mire, doctor, venimos porque mi marido tiene problemas con el órgano del regocijo” (= el pene).

Es un ejemplo del lenguaje que podríamos llamar “sexualmente correcto”, antes ñoñismos.

Ramón Freire (El Rompido, Huelva) certifica que conoce a una persona, oriunda de un pueblo de la Sierra de Gata, que dice que “es fósfora (= forofo) del Barça y le encanta la cúspula (= cúpula) de El Vaticano”.

Miguel Serrano Avello (Barcelona, arquitecto) ha anotado con mimo unos cuantos trabucamientos del capítulo judicial. Los transcribo para general contentamiento del personal libertario:

  • [En un embargo, dice el oficial del Juzgado cuando describe el cuarto de baño]: “Tome nota, a la izquierda, entrando, un artefacto de porcelana, blanco, en forma de guitarra, para uso desconocido”.
  • [El juez dicta]: “En prueba de conformidad, los testigos firman con las partes”.
  • [En un juicio el alguacil anunció a la sala]: “¡Que pasen las imputadas!”
  • [En un atestado de la Guardia Civil]: “Boca arriba, la pareja de servicio ha encontrado el cadáver de un hombre completamente muerto”.

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