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Juan Manuel Rodríguez

Habla, Pesquera, habla

Los responsables de la FEB tienen una suerte morrocotuda por poder hacer y deshacer a su antojo sin tener que ofrecer demasiadas explicaciones al personal

Tienen mucha suerte los responsables de la Federación Española de Baloncesto por poder "camuflarse" detrás del fútbol (ahora también detrás de la Fórmula Uno) porque, de lo contrario, empezaríamos a hacernos algunas preguntas. Por ejemplo, ¿cómo es posible que la selección haya tenido cinco entrenadores distintos en los últimos años? ¿Cómo es posible que la FEB no pudiera retener a Lolo Sainz y Moncho López? Javier Imbroda consiguió un bronce, pero renunció a la selección para fichar por el Real Madrid, pero, ¿y el resto?... ¿Lo hizo tan mal Pesquera?
 
Por eso digo que los responsables de la FEB tienen una suerte morrocotuda por poder hacer y deshacer a su antojo sin tener que ofrecer demasiadas explicaciones al personal. ¿Alguien logra imaginar la que se hubiera montado aquí si Ángel María Villar, después de que España alcanzara las semifinales de la Eurocopa de 2004, hubiera decidido prescindir de Iñaki Sáez? Está claro que el fútbol sigue siendo el "deporte rey" también de los palos. A expensas de que Pesquera haga alguna declaración, no consigo quitarme de encima la incómoda sensación de que los jugadores han tenido mucho que ver a la hora de la sustitución del seleccionador. La semana pasada entrevistamos en "El Tirachinas" a Juan Carlos Navarro. El base del Fútbol Club Barcelona tiene una agenda tan apretada que no había podido encontrar un momento para ponerse en contacto con Pesquera. Ni un minuto. Ni un segundo de cortesía. Pensé que, más que entrevistar a un jugador de baloncesto, Luis Munilla estaba hablando con el mismísimo Pavarotti. ¿Es o no es la bomba?
 
El lunes la FEB decidió nombrar a José Vicente Hernández, conocido como "Pepu", para ocupar la silla de Mario Pesquera. ¿Por qué se nombra a Pepu?... Supongo que por los mismos motivos por los que echaron a Mario Pesquera. Tras cesarle, la explicación de José Luis Sáez fue, textualmente, la siguiente: "Hemos hecho una evaluación en todos los aspectos y hemos considerado que lo mejor para el futuro de la selección era que Mario no continuase". Si yo fuera Pesquera estaría muy enfadado, qué quieren que les diga. Se hizo cargo de la selección sólo dos días después de que López se fuera y tres meses antes de los Juegos Olímpicos. Con él, España sólo perdió un partido en Atenas (en cuartos de final ante Estados Unidos), y en el último Europeo la selección finalizó en cuarta posición tras haber perdido en semifinales contra Alemania por un solo punto. No lo debió hacer tan mal puesto que le ampliaron el contrato por dos años más, lo que incluía, por cierto, el próximo Mundial de Japón en el que ya no estará. Nuestro amigo Pepu debe estar rezando para que no le evalúen también a él. ¡Qué suerte tiene Sáez de que esté ahí Villar!

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