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EDITORIAL

Cándido responde a Otegi

Carmen Tagle fue asesinada por ETA. Los proetarras pueden felicitarse de contar con la colaboración del gobierno para librarse de sus compañeros sin necesidad de empuñar las armas.

Cuando el fiscal de la Audiencia Nacional Jesús Alonso pidió la prisión incondicional de Arnaldo Otegi, éste preguntó si sabía Conde Pumpido lo que le estaban haciendo; el fiscal general ha respondido depurando a Eduardo Fungairiño. Tras las mentiras iniciales, ha reconocido que la razón ha sido que "la paciencia tiene un límite". Y es que resulta estresante para este gobierno y sus esclavos que fiscales y jueces independientes intenten, nada más y nada menos, que procesar y meter entre rejas a los etarras.

El movimiento responde a un patrón de conducta clásico en el PSOE. Todo posible poder que conteste al suyo ha de ser aniquilado, y la Justicia es el único de los tres poderes del Estado que puede causarle problemas. Siguiendo las técnicas del eje abyecto que ha formado Zapatero con Castro, Chávez y Morales, los socialistas pretenden y han pretendido siempre convertir la Justicia en una extensión del partido prisaico. Su desprecio por los principios de la democracia–grabada en piedra con la famosa expresión de Alfonso Guerra: "Montesquieu ha muerto"– se manifiesta ante cualquier signo de independencia. La semana pasada fue el Consejo de Estado. Hoy es Fungairiño. Quizá mañana sea Grande Marlaska.

Y es que ya depuraron a un juez por meter demasiado la nariz en las trampas contables de Polanco y están procurando poner todas las trampas posibles a Del Olmo para que acepte la versión oficial del 11-M y no investigue demasiado. Ocultar la verdad del mayor atentado terrorista ocurrido en España y pactar con ETA son prioridades importantes para este gobierno y no va a aceptar que nadie les ponga trabas.

La semana pasada, El País ya sacó, en un infame editorial, "Tarjeta Roja" al juez que se enfrenta al sumario con más trampas de la historia judicial en España. La excusa oficial es que está tardando mucho en instruirlo, olvidando –es un decir– las numerosas zancadillas que desde el ministerio del Interior están poniendo a Del Olmo. Pero cuando el portavoz oficial de Polanco se viste de juez, generalmente los días del condenado están contados. Javier Gómez de Liaño, Marino Barbero, Nicolás Redondo Terreros... los ejemplos son incontables.

No se sabe si la famosa tregua de ETA, que el gobierno persigue cueste lo que cueste, llegará finalmente o no. De lo único de lo que podemos estar seguros es que, como las anteriores, será una tregua-trampa que romperá tarde o temprano con bombas, un engaño dirigido a debilitar a España aún más de lo que lo hace Zapatero por cuenta propia. Desgraciadamente, el precio de la trampa lo estamos pagando ya, todos los días, en las calles del País Vasco. Eduardo Fungairiño ha pagado su intento de impedirlo. Otros fiscales, del grupo de los llamados indomables, lo hicieron antes que él. Carmen Tagle fue asesinada por ETA. Los proetarras pueden felicitarse de contar con la colaboración del gobierno para librarse de sus compañeros sin necesidad de empuñar las armas. No sería de extrañar que, a este paso, le encuentren destino a Grande Marlaska en un juzgado de pueblo, siempre que el alcalde no sea del PSOE, claro.

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