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EDITORIAL

Quemar a los infieles en la hoguera nuclear

Desde aquí no podemos sino compartir el diagnóstico del senador John McCain, de que "sólo hay una cosa peor que una acción militar, y es un Irán con capacidad para el arma nuclear".

Mientras el fanatismo musulmán sigue quemando las embajadas de los "infieles" occidentales como "protesta" a las caricaturas de Mahoma publicadas en un diario danés, el delirante régimen de Teherán ha dado un paso más en su desafío a la comunidad internacional anunciando el fin de las inspecciones técnicas a sus plantas nucleares, el incumplimiento del Tratado de no Proliferación Nuclear y el enriquecimiento de uranio en pleno.

La canciller alemana, Angela Merkel, no ha podido ser más oportuna este fin de semana al recordar el ascenso de Hitler al poder para alertar al mundo sobre lo que significaría que los fanáticos dirigentes iraníes dispusieran de armamento nuclear.

Mahmud Ahmadineyad, el delirante presidente iraní, no ha podido, por su parte, dejar más en evidencia sus criminales pretensiones en sus reiterados y genocidas llamamientos a "borrar a Israel del mapa". Téngase en cuenta que el régimen de Teherán es, además, uno de los principales promotores mundiales –si no el principal– del terrorismo y que, tal y como acaba de advertir el vicepresidente de Estados Unidos, "no hay mayor amenaza que un grupo islamista en medio de una de nuestras ciudades con una bomba nuclear". Eso, por no recordar también una información publicada este fin de semana por el diario alemán Die Welt, de que la república islámica ya habría probado con éxito el lanzamiento de misiles capaces de transportar tres cabezas nucleares y de alcanzar, no sólo Israel, sino también la Europa suroriental.

Nos parecería suicida que las democracias occidentales no mantuviesen la cohesión en la firmeza ante el mayor peligro que les amenaza; pero, desgraciadamente, a la vista está el bochornoso papel desempeñado por la Unión Europea que, pese a su retórica contra los terroristas de Hamas y su victoria electoral, todavía sigue subvencionando a la Autoridad Nacional Palestina.

Ahmadineyad, por su parte, ya ha adelantado su desprecio a cuantas resoluciones pueda tomar, a partir de ahora, la comunidad internacional, por lo que conviene ir tomando ya en serio la advertencia del senador norteamericano John McCain, de que “sólo hay una cosa peor que una acción militar, y es un Irán con capacidad para el arma nuclear”. Desde aquí no podemos sino compartir el diagnóstico, solidarizarnos con el pueblo judío y ofrecer nuestro apoyo al Estado de Israel y a cuantos estén dispuestos a destruir la posibilidad de que ese escenario llegue a hacerse realidad.

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