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Ignacio Villa

Verdad oficial o verdad real

El gran problema es que han muerto 17 soldados españoles y José Bono no quiere investigar hasta el final, por miedo al deterioro político que pueda sufrir el mismo partido socialista de la demagogia del Yak.

Este viernes no ha sido fácil para José Bono. El informe oficial desvelado por la cadena COPE y que recoge los testimonios de los tripulantes del helicóptero que viajaba junto al siniestrado en Afganistán el pasado verano ha vuelto a dejar en evidencia al Ministro de Defensa.

Esos testimonios son claros y contundentes. Los militares españoles que fueron testigos de la caída del helicóptero en el que murieron 17 compañeros insisten en que ese aparato fue atacado, explican que no había vientos fuertes como ha dicho el ministro Bono y además completan la información recordando que volaban bajo como es preceptivo en un "vuelo de combate". Además, afirman que cuando bajaron del helicóptero –después del accidente de ese segundo aparato– tuvieron que disparar ante el ataque exterior. Estas son las opiniones, las impresiones, las percepciones, las afirmaciones de los testigos. Es decir, que pese a los esfuerzos de ocultarlos por fin hemos conocido lo que han dicho los militares que vieron lo que pasaba.

Sin embargo, a Bono no le interesan lo más mínimo los testimonios de los verdaderos testigos, los testimonios que realmente pueden aportar algo. Bono necesita construir una verdad oficial, una verdad virtual frente a la verdad real. Lo que se ha demostrado con la publicación de este informe es que desde el Ministerio de Defensa se ha ocultado mucha información directa sobre lo que ocurrió el pasado verano en Afganistán. Y lo grave no es ya que mientan en este Gobierno, algo habitual en él. El gran problema es que han muerto 17 soldados españoles y José Bono no quiere investigar hasta el final, por miedo al deterioro político que pueda sufrir el mismo partido socialista de la demagogia del Yak.

Al final, con este gobierno, da todo igual. Ellos tienen una falsedad prefabricada y con la estrategia de la repetición pretenden convertir la mentira en verdad. Con el triste accidente de Afganistán pretenden hacer lo mismo. Han mentido construyendo una historia que no es cierta, pero no les importa nada en absoluto. Ellos insisten y descalifican a todo aquello que demuestre lo contrario a su verdad oficial, aunque esté negro sobre blanco en un documento oficial. Es la costumbre.

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