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Juan Manuel Rodríguez

Asientos en primera fila para el Braddock-Baer (I)

Si yo fuera Max Baer Jr. me las tendría tiesas con Ron Howard. No creo que Baer fuera así, aunque sí es cierto que el gran campeón alemán estaba muy poco acostumbrado a que nadie le pusiera la mano encima.

Si por algo recomiendo el DVD de "Cinderella Man, el hombre que no se dejó tumbar", no es porque sea accionista de Miramax, qué va, sino porque, además de adquirir la fenomenal película de Ron Howard, aquel niño actor transformado hoy en un magnífico director de cine, ésta viene acompañada por un contenido extra que estoy seguro de que hará las delicias de los buenos aficionados al boxeo. En ocasiones he recibido llamadas de oyentes de la Cadena Cope interesándose por combates que, desafortunadamente para nosotros, no se encuentran todavía editados en España. Algunos de ellos se pueden adquirir vía Internet, pero la mayoría, por no decir absolutamente todos, están en inglés y sin subtítulos en castellano.

En este DVD existe un rinconcito dedicado a las escenas eliminadas, otro a los comentarios del director y, ¡oh, la, la!, otro más llamado "Asientos en Primera Fila" en el que el propio Ron Howard, el productor Brian Grazer y los escritores Akiva Goldsman, uno de los dos guionistas del film, y Norman Mailer, revisan los asaltos primero, séptimo, octavo, noveno y decimoquinto del famoso combate celebrado en el Madison Square Garden Bowl el 13 de junio de 1935 entre James L. Braddock, conocido como "Cinderella Man", y Maximilian Adelbert Baer, campeón considerado por la revista "Boxing Illustrated" como el segundo pegador más duro de la historia sólo por detrás de Jimmy Wilde, pero por delante de nombres tan ilustres como el de Joe Louis, el segundo mejor boxeador de todos los tiempos para "The Ring", o el famoso Jack Dempsey.

Supongo que será en aras de la necesaria dramatización por lo que Max Baer sale perdiendo tanto en el combate (ahí no había nada que hacer) como posteriormente en la película. Su personaje es chulesco, prepotente, altanero y pendenciero. Lo tiene todo el angelito. Incluso sus preparadores son ciertamente desagradables. Uno de ellos, poco antes de que empiece la pelea, tiene el mal gusto de gritarle en la cara a Braddock: "¡falta un minuto para las doce, Cenicienta!". Antes que a Baer le sucedió lo mismo a Antonio Salieri, envenenador de Mozart en "Amadeus", y, más recientemente, a la primera mujer de Johnny Cash en el biopic "En la Cuerda Floja". Si yo fuera Max Baer Jr. me las tendría tiesas con Ron Howard. No creo que Baer fuera así, aunque sí es cierto que el gran campeón estaba muy poco acostumbrado a que nadie le pusiera la mano encima. Y en eso llegó Braddock.

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