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Pío Moa

¿Política antiterrorista?

El Iluminado sólo pide a los asesinos una tregua que permita vender el desmantelamiento de la democracia y la unidad de España como el logro de "la paz".

La AVT convoca una manifestación contra la "política antiterrorista" del gobierno. Sorprendente.

El gobierno ha desmantelado el Pacto Antiterrorista y por las Libertades, y lo ha hecho como un regalo a la ETA sin nada a cambio, como un acto de pleitesía previo al "diálogo". Ello se ha traducido en hechos como los siguientes:

  • La legalización –ilegal– de la banda terrorista, permitiéndole acceder de nuevo al parlamento vasco. La ley ha dejado de imponerse a estos asesinos.
  • Más otro obsequio a éstos: el censo regional de ciudadanos, instrumento útil para los pistoleros pues les facilita los datos de posibles víctimas.
  • Un fuerte retroceso en la persecución policial a la banda terrorista. La ETA se ha repuesto de los duros golpes sufridos bajo el gobierno de Aznar, y lleva más de un año demostrando que puede golpear donde y cuando quiera, y que no mata simplemente porque de momento no le conviene (ha causado en cambio grandes destrozos materiales). Todo lo adelantado antes gracias a la aplicación de la ley ha sido echado abajo por el Iluminado de la Moncloa y su gobierno. La ETA se siente más fuerte que nunca, muy próxima a alcanzar sus objetivos.
  • Una campaña insidiosa de división y descrédito contra las víctimas directas del terrorismo y su principal asociación, a través de personajes como Peces-Barba.
  • La desactivación de gran parte del movimiento ciudadano vasco contra el terrorismo y el separatismo: todas las asociaciones dependientes del PSOE en las Vascongadas actúan ahora a favor de los separatistas e, indirectamente, de los terroristas. Y hostigan a los demócratas y al PP.
  • El ataque permanente a las libertades, organizado por el gobierno, su partido y sus instrumentos mediáticos, mediante campañas como la actualmente en curso contra la COPE.
  • El respaldo al plan secesionista del Tripartito catalán, un Plan Ibarreche-Ternera de repuesto, con el cual deberían quedar satisfechas la mayor parte de las exigencias etarras.
  • El desmantelamiento práctico de la Constitución, uno de los objetivos conjuntos de la ETA y el PNV desde 1978.

Todo ello previo, como digo, al "diálogo". El Iluminado sólo pide a los asesinos una tregua que permita vender el desmantelamiento de la democracia y la unidad de España como el logro de "la paz".

¿Puede llamarse política antiterrorista, como hace la AVT, a estos tremendos ataques a la ley, es decir, a las bases de la convivencia en libertad? En español, como en cualquier otro idioma, esas medidas responden a una política proterrorista, una política de colaboración con la ETA sobre la base de un común desprecio por la democracia y la unidad de España. Emplear el lenguaje corrupto con que el PSOE disfraza los hechos significa entrar en el terreno donde tan bien se manejan los demagogos. Así cuando Aznar cometió el desliz, tan explotado por sus enemigos, de llamar "movimiento de liberación" a la organización de asesinos, o cuando Esperanza Aguirre criticaba al Iluminado por "dialogar" con la ETA, o cuando Mayor Oreja habla de "autodeterminación" o "soberanismo" o "independentismo" en lugar del término correspondiente a la realidad: separatismo; o cuando se llama Euskadi a las Vascongadas; o "alianza de civilizaciones" a la alianza de dictaduras...

Ese lenguaje perverso e ilusionista corrompe la democracia. Y solo puede combatirse remitiéndonos constantemente a los hechos ocultos o desvirtuados con tal palabrería, y denominándolos con las palabras justas. Quien no obra así contribuye, aun si involuntariamente, a la degradación de la democracia en demagogia. Y deja la iniciativa siempre en manos de la alianza de corruptos, separatistas y terroristas.

En España

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