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Manuel Ayau

La teoría del derrame

Una vez le preguntaron a un trabajador: ¿por qué defiendes a los ricos? Contestó: porque los pobres no me ofrecen trabajo.

Una vez le preguntaron a un trabajador: ¿por qué defiendes a los ricos? Contestó: porque los pobres no me ofrecen trabajo.

Últimamente, el vicepresidente de Guatemala y algunos otros izquierdistas como los del New Economic Foundation (NEF), que obviamente creen que lo que unos ganan es lo que otros pierden, ridiculizan como falso lo que unos llaman teoría del derrame.

Es evidente que no entienden lo que se quiere decir con derrame. Ellos creen que esa teoría sostiene que cuando la política económica resulta en que los ricos acumulan capital, parte de esa riqueza se derrama hacia los pobres, puesto que al gastar sus ingresos, algo, pero muy poco, llega a los pobres porque aunque usarán más sirvientas y más trabajadores para sus lujos, seguirán pagando salarios de miseria, las migas que caen de sus mesas: el derrame. Ese enfoque es tan común como tonto.

Cuando una señora dijo que se había quedado sin cocinera porque las maquilas pagaban más de lo que ella podía pagarle y ahora ella tenía que cocinar o pagarle más para que no se fuera, lo que estaba ilustrando es que una nueva inversión de capital, muy ajena a ella, la obligaba a subir el salario de su cocinera. ¿Derrame?

Toda inversión se hace con el objeto de ganar dinero y, obviamente, no de derramar. Pero si un rico invierte capital en maquinaria industrial y no consigue trabajadores para hacerla producir, pierde su capital. En todo momento los trabajadores algo estarán haciendo para ganarse el sustento de sus familias, aunque sea pobremente, pues no están esperando en la calle que el pan caiga del cielo. Cuando no hay nuevas inversiones que ofrezcan mejores oportunidades, no les queda más remedio que aceptar mal pagadas oportunidades en la economía formal o informal; las mejores oportunidades las crean los inversionistas dueños de capital que esperan ganar dinero, pues sólo para eso invierten.

¿Cómo afectan esas inversiones a los trabajadores? Es obvio que cada nueva inversión tiene que ofrecer una alternativa de trabajo mejor que la que ya tienen los trabajadores, de lo contrario la nueva empresa no logra contratar a los empleados que necesita. ¿Derrame?

Si se regara la bola de que en nuestro país conviene invertir porque se gana más que en otros, se atraerá a más inversionistas que necesitan trabajadores. ¿Y cómo los consiguen? Ofreciendo a los trabajadores mejores oportunidades que las que ya tienen. ¿Derrame?

Un inversionista confronta dos limitaciones: no podrá pagar más que sus competidores pues tiene que cuidar costos para competir en el mercado de sus productos, pero por otro lado, tendrá que equiparar los salarios a los que ofrecen los nuevos inversionistas o perderá trabajadores y sus competidores se quedan con sus clientes. ¿Derrame?

Nadie sabrá cuáles trabajadores se podrían ir, pero ante la noticia del salario que se está ofreciendo, todos los patronos tratarán de que no sean sus trabajadores los que se vayan, pues ya los conocen y los ha entrenado para que su inversión rinda lo más posible. El resultado es que cada nuevo inversionista en alguna medida sube el sueldo de los demás, aunque no sea esa su intención. ¿Cuál es su intención? Evidentemente, hacerse más rico, pero influyó hacia arriba, en alguna medida, los salarios de los demás. Es la suma de esas pujas y no los gobiernos y sus regulaciones lo que logra que los salarios reales aumenten. En economía eso se llama ley de oferta y demanda.

Y, por último, la vasta mayoría de inversionistas compiten en el mercado para satisfacer las necesidades de las masas y no los requerimientos de los ricos, quienes son muy pocos. ¿Derrame?

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