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Carlos Semprún Maura

Epidemias y pandemias

Estas manifestaciones turcas tuvieron algo positivo: numerosos fueron los energúmenos que aullaron insultos a Europa, afirmando que los turcos nada tienen que ver con ella. En efecto.

Volvemos a la masare de inocentes. Recuerden las "vacas locas", que ahora son los pájaros. Se sabía que entonces eran las harinas cárneas las culpables de la epidemia, pero se siguió alimentando a las vacas con esas harinas porque producían más leche y las terneras engordaban más deprisa. El entonces ministro de Agricultura francés, Jean Glavany, que sigue siendo un mandamás del PS, se ilustró en aquella ocasión con más mentiras que un nobel para proteger a "sus" ganaderos, que querían seguir alimentando sus reses con aquel veneno. Sólo cuando la disminución del consumo de carne y la cantidad astronómica de vacas asesinadas creó crisis económicas en el sector se interrumpió dicha alimentación, que ya no era rentable, y la epidemia cesó. Ante esta epidemia de aves y gansos se habla de vacunas, se denuncia la pasión por el lucro de las grandes empresas farmacéuticas y los ministros de Agricultura desayunan juntos, pero lo único que hacen es matar gallinas.

Otra epidemia, más mortífera para los humanos, es el islamismo. Casi todo el mundo saluda en Francia la victoria de Hamas en las "elecciones" y la formación de su gobierno como un triunfo de la democracia, y los señores Duaik, presidente del Parlamento, y Haniya, jefe del gobierno palestino, son presentados como políticos moderados, o sea. "asesinos compasivos". Mientras, el gobierno israelí, que se niega a negociar con una organización terrorista cuya meta es la destrucción de Israel esté o no en el gobierno, es presentado como intolerante y peligroso. En cuestión de peligros, el ministro de Exteriores, Philippe Douste-Blazy, se ha quedado muy solo después de haber declarado la semana pasada, por televisión, que Irán construía armas nucleares. Hasta los servicios de su ministerio le han censurado. Las armas nucleares iraníes siguen siendo tema tabú. Se extiende la pandemia de las viñetas en el mundo musulmán, se han celebrado multitudinarias manifestaciones en Indonesia, de nuevo en Pakistán, y ahora en Turquía, con la diferencia de que en este país la policía no ha cargado contra los manifestantes, al revés, también desfilaron, unos y otros a las órdenes del zapaterista Erdogan. Curiosamente, estas manifestaciones turcas tuvieron algo positivo: numerosos fueron los energúmenos que aullaron insultos a Europa, afirmando que los turcos nada tienen que ver con ella. En efecto.

En su bloc-notes del viernes en Le Figaro, Ivan Rioufol, prosigue su muy solitaria campaña contra los peligros del islamismo. En su última columna, L’Europe et les capitulards (expresión popular que designa a quienes capitulan), denuncia las innumerables muestras de cobardía y autocensura que se manifiestan por doquier – tenemos, los españoles, el triste privilegio de figurar en primera fila, con Javier Solana declarando en Ryad que las caricaturas de Mahoma son tan graves como los atentados del 11 de septiembre– y se mofa de la estupidez de Zapatero cantando la "alianza de civilizaciones". También cita algunos ejemplos positivos de resistencia, como la del primer ministro danés, Rasmussen, la del Presidente de la Comisión Durâo Barroso, varios intelectuales, franceses o no, Charlie-Hebdo y la magnífica diputada holandesa Ayaan Iris Ali, "disidente del islam". Pero no dice nada, se entiende, sobre su periódico, tan prudente en sus editoriales, que no publicó ninguna caricatura con la coartada de que no eran "obras de arte". Lo mismo dijo Jean Daniel, pero éste es tan memo que ni siquiera entiende de arte y llegó a comparar el cuadro de Courbet "El nacimiento del mundo" a una caricatura lograda, como las de Daumier. ¡Será bestia! Vamos a ver que va a hacer Le Figaro, que anunciaba hace unos días en primera plana, engañado por su corresponsal en España Diane Cambón, "el fin negociado de ETA", después de su negativa oficial a abandonar el terrorismo.

Y mientras tanto el Presidente Chirac está en India, para vender amianto...

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