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Emilio J. González

E.On se perfila como ganador

Deberíamos pedir responsabilidades por todos los problemas que ha creado, al sector energético y al país, sólo por satisfacer a sus socios catalanes y por el deseo de cambiar presidentes de grandes empresas.

Los mensajes enviados por E.On el pasado jueves, durante la presentación de sus resultados en 2005, han dejado muy claro que la eléctrica alemana no está dispuesta a rendirse en su pretensión de hacerse con Endesa, diga lo que diga el Gobierno español y haga lo que haga Gas Natural. Mensajes muy interesantes y de un calado muy profundo.

De entrada, E.On manifestó, alto y claro, que está dispuesta a llegar hasta el final para hacerse con el control de Endesa. La eléctrica alemana expuso los créditos comprometidos para llevar a cabo la operación que, de entrada, ofrecen una primera pista acerca de sus intenciones. Si es por dinero, nada va a frenarles porque solamente los créditos solicitados suponen valorar las acciones de Endesa ni más ni menos que a 30 euros por título, lo que quiere decir que si Gas Natural está dispuesta a mejorar su oferta, ellos van a ir a por todas y no se van a dejar amilanar por nadie en ese sentido. Pero, por si no bastara con ello, E.On también señaló que disponía de una caja importante para acometer la operación y que podría, incluso, llevar a cabo una ampliación de capital para financiar parte de la misma. Es decir, la eléctrica alemana cuenta con potencial financiero de sobra para acometer cualquier otra oferta que trate de superar la suya, proceda de Gas Natural o de una tercera compañía, lo que, de entrada, pone las cosas casi imposibles para la gasista controlada por La Caixa.

Esa misma potencia financiera que exhibió E.On el pasado jueves sirve también de freno a cualquier intento por parte de la Comisión Nacional de la Energía de frenar su entrada en Endesa, siempre y cuando la CNE actúe con imparcialidad. Porque al realizar esa exhibición de capacidad financiera, E.On dejó claro que la OPA en ningún caso iba a poner en peligro ni las inversiones comprometidas por Endesa en España y Latinoamérica, ni las comprometidas por E.On en Alemania y el resto de países en que está presente. Y lo hace, además, sin plantearse ni de lejos la venta de un solo activo de Endesa, a diferencia de la oferta de Gas Natural, que incluye el desmantelamiento de parte de la primera eléctrica española. Si la CNE actúa con justicia, ¿qué puede decir ante eso? Nada de nada. Gas Natural tampoco.

E.On, además, ha demostrado actuar con mucha más inteligencia que La Caixa. En lugar de buscar una entrada forzada en el capital de Endesa, ha dado la bienvenida a la presencia de un socio español, en este caso Caja Madrid, que esta misma semana ha anunciado el aumento de su participación en el capital de Endesa del 9% al 10%. Los alemanes dan la bienvenida a los españoles, y se quieren entender con ellos, como puso de manifiesto la reunión de los directivos de E.On con el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa. ¡Qué contraste con la forma de actuar de La Caixa, que primero quiso imponer por la fuerza la presencia de un consejero de la entidad en Endesa y luego lanzó la OPA hostil sobre la eléctrica que preside Manuel Pizarro a través de Gas Natural! Este es un detalle importante a tener en cuenta porque, con su actitud, E.On quiere dejar claro que Endesa es y seguirá siendo una empresa española y que está encantada de tener a los españoles como socios. Para que luego venga el Gobierno con eso de "empresas fuertes de matriz española".

Asimismo, conviene recordar lo que dijo E.On al presentar la OPA: que más del 50% del capital de Endesa está en manos extranjeras. Ese capital está dispuesto a vender sus títulos a E.On, con lo que el éxito de la OPA estaría garantizado, por mucho que le pese al Gobierno español. ¿Qué va a hacer ahora el Ejecutivo? E.On le ha dejado sin argumentos y tiene a la Comisión Europea en contra. En estas circunstancias, ¿va a abrir una crisis política con Alemania y otra con las autoridades comunitarias? Es posible que el pasado jueves, la eléctrica alemana haya dado un jaque al Gobierno del que tiene difícil salida, entre otras cosas por las dificultades que le ha puesto E.On para enrocarse en la CNE. Esta partida, sospecho, empieza a tener un ganador muy claro y un perdedor al que deberíamos pedir responsabilidades por todos los problemas que ha creado, al sector energético y al país, sólo por satisfacer a sus socios catalanes y por el deseo de cambiar presidentes de grandes empresas. Y es que el último informe de la OCDE sobre la economía europea ha empezado a hablar de la pérdida de confianza en la economía española y los informes de los principales bancos de negocios y casas de Bolsa del mundo hacen lo mismo respecto a las inseguridades jurídicas y riesgos regulatorios a que ha dado lugar toda esta situación.

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