Menú
EDITORIAL

Marlaska frente a Pumpido

Habrá que seguir confiando en Grande Marlaska, aunque siempre será menos eficaz la política antiterrorista cuando ha de encabezarla un juez y no el presidente del Gobierno.

Empieza a notarse el efecto aterrador que, entre los fiscales de la Audiencia Nacional, ha tenido el cese de Eduardo Fungairiño. El juez Grande Marlaska ha tenido que tirar de nuevo, en solitario, del carro de la justicia. Juan María Olano, José Petrikorena, Pernando Barrena y Rafael Díez Usabiaga seguirían en la calle tras la violencia desatada el viernes si de la Fiscalía dependiera.

Quienes tuvieran la ingenua esperanza de que la petición de cárcel para Otegi podía significar un cambio de política de la Fiscalía y, por tanto, del señor al que obedece, ya no podrán seguir llevándose a engaño. Para Conde Pumpido, pedir el encarcelamiento de Olano y los demás batasunos no era "legalmente procedente" porque "las circunstancias son diferentes" a las de su líder. Y desde luego, lo son. Apoyar que Otegi no fuera a la cárcel hubiera sido un escándalo mayúsculo que el Gobierno no hubiera podido resistir incólume; dejar, no obstante, que miembros de Batasuna-ETA que aparecen menos en televisión siguieran en las calles del País Vasco, es algo que se pueden permitir. Esas son las únicas circunstancias que diferencian este caso de los demás, y tienen poco de legales y todo de obediencia política y propaganda.

El fiscal general del gobierno que ha considerado motivo más que suficiente para detener a militantes del PP "su actitud vociferante", no encuentra sin embargo razón alguna para pedir la prisión a los que organizaron una jornada "que ha puesto en entredicho no sólo la paz pública, sino el mismo orden constitucional", según el auto del juez Marlaska, y en la que tuvieron lugar hechos como la "colocación de artefactos explosivos, inutilización de accesos a locales, interrupción de las vías públicas". Cabe suponer que aquellas detenciones fueron "legalmente procedentes" ante la extraordinaria magnitud del delito de agresión imaginaria, en comparación con estas chiquilladas.

Su sabiduría jurídica le ha llevado hoy al extremo de afirmar que hechos como esta "huelga" demuestran que el PCTV nada tiene que ver con Batasuna-ETA y que, por ello, hicieron bien en no pedir su ilegalización al Supremo. En estos días en que han aparecido tantos especialistas en el marxismo-leninismo de ETA, aunque fuera sólo para afirmar que eso les hacía incompatibles con los islamistas del 11-M, convendría recordar la enseñanza de Lenin que más al pie de la letra ha seguido el terrorismo nacionalista vasco a lo largo de su sangrienta historia. Y es que el ruso propugnaba la creación de un frente amplio de organizaciones de diverso tipo, que pudieran actuar en varios frentes. Eso es lo que hay detrás de la existencia de las Gestoras pro Amnistía o la misma Batasuna, todas ellas meras fachadas de ETA. Considerar que las nekanes no forman parte del entramado por el mero hecho de que otra parte del mismo también actúa sería como asegurar que si ETA asesina es una prueba de que la banda terrorista ha "escogido otros caminos para actuar" y, por tanto, Batasuna no está siguiendo sus órdenes.

Zapatero parece encontrar inadmisible que Zaplana asegure que la vicepresidenta se disfrazó en su viaje a África, pero no dice nada sobre las decisiones de su fiscal, tan favorables siempre a los intereses de los batasunos. Habrá que seguir confiando en Grande Marlaska, aunque siempre será menos eficaz la política antiterrorista cuando ha de encabezarla un juez y no el presidente del Gobierno.

Temas

En España

    0
    comentarios