Menú
Barun Mitra

Escasez en medio de la abundancia

Aunque hablar de mercados de agua es una blasfemia para los políticos, esos mercados están mejorando el acceso al agua potable por parte de millones de personas.

Desde el espacio, nuestro planeta se ve azul porque tres cuartas partes están cubiertas de agua. Sin embargo, el 20% de la población del mundo no tiene acceso a agua potable y el 40% no dispone de servicios sanitarios. En los últimos 100 años, la pesada mano de los gobiernos ha logrado la escasez de un abundante recurso natural. La mala calidad del agua y sistemas inadecuados de cloacas contribuyen a graves enfermedades como la gastroenteritis y a la malaria.

Desde el 14 al 22 de marzo, miles de funcionarios y activistas se reunieron en Ciudad de México para discutir el futuro del agua en el IV Foro Mundial del Agua. El tema de la reunión fue “acciones locales para un reto global”. Como siempre, en estas conferencias se suele culpar de los males al crecimiento poblacional y a los intereses comerciales, mientras exhortan a los gobiernos y a los políticos a asegurar un acceso más equitativo al agua.

En América Latina hay cien millones de habitantes urbanos sin acceso a servicios de agua, mientras que 120 millones en ciudades y áreas urbanas tienen acceso sólo a fuentes de agua contaminada.
La mayor parte de estas 120 millones de personas viven en Brasil (57 millones), Argentina (18 millones), México (10 millones) y Venezuela y Perú, con siete millones cada uno. Pero poca o ninguna atención se dedica al hecho de que el control del gobierno sobre el agua puede tener mucho que ver con su escasez y su mala calidad.

De los grifos de la ciudad sede del IV Foro Mundial del Agua sale un líquido contaminado con heces fecales, bacterias y virus. Eso se debe a que las tuberías por donde corren el agua potable y el drenaje se comunican entre sí por fugas, según estudios científicos realizados en las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y Autónoma Metropolitana (UAM).

Muchos residentes pobres de la capital mexicana reciben menos de una hora de agua a la semana y casi 40% del agua se pierde por tuberías rotas. Esa situación no es muy diferente a la de Delhi, aquí en la India, y a la que ocurre en muchas otras ciudades grandes y pequeñas alrededor del mundo hoy en día.

Los gobiernos nacionales, provinciales y locales llevan años prometiendo soluciones al problema, pero no cumplen. Así van en aumento las quejas respecto a las bien intencionadas medidas gubernamentales, pero muy poco tiempo y esfuerzo se dedican a examinar los arreglos institucionales y las estructuras de incentivos que casi siempre conducen al fracaso de esas políticas públicas.

Sin embargo, muchas comunidades y muchos empresarios no quieren seguir esperando las promesas y están creando mercados para el agua, de manera de asegurar su eficiente distribución. Aunque hablar de mercados de agua es una blasfemia para los políticos, esos mercados están mejorando el acceso al agua potable por parte de millones de personas.

El tamaño del mercado de agua embotellada en la India es de 350 millones de dólares al año y en Calcuta miles de personas sacan agua con bombas manuales para venderla a hogares ricos y pobres. Los compradores tienen que pagar por el servicio y, además, hervir el agua, lo cual les sale más caro que el agua municipal, pero de esa manera se aseguran el suministro.

Las reformas del sector público suelen ser aumentos de las tarifas o convertir monopolios públicos en monopolios privados. Por el contrario, en los mercados competitivos los precios no siempre suben, ya que la presión de toda nueva y más eficiente competencia suele más bien reducirlos. Y no hay razón para que la gente pase sed, cuando apenas alrededor del 2% de los recursos utilizables de agua se suelen dedicar al consumo doméstico. Pero estas son lecciones que no se aprendieron en el Foro Mundial en México.

En Libre Mercado

    0
    comentarios