Menú
EDITORIAL

Lealtad a las víctimas y al Estado de Derecho

Zapatero le ha tomado el gusto a ganar las elecciones haciéndole el juego a los terroristas, y lo va a seguir haciendo, ya sea “permanente” o “definitivamente”. De hecho, será ETA la que diga, después de las generales, si tiene o no bastante.

La calculada vaguedad e imprecisión con la que destacados dirigentes populares afrontan la entrevista que Rajoy mantendrá hoy con Zapatero, nos hace temer que el Partido Popular, lejos de ser un factor de contundente y pedagógica oposición al pacto-tregua entre ETA y el gobierno del 14-M, va a someter su crítica a un perfil bajo. Si dicho perfil del PP será muy acorde a sus insoslayables complejos, no lo será menos al somnoliento y narcotizante "proceso de paz", con el que los etarras y ZP quieren avanzar hacia sus fines, separatistas y electorales, respectivamente. Zapatero le ha tomado el gusto a ganar las elecciones haciéndole el juego a los terroristas, y lo va a seguir haciendo, ya sea "permanente" o "definitivamente". De hecho, será ETA la que diga, después de las generales, si tiene o no bastante.

Ni que decir tiene que el objetivo de Zapatero con esta reunión con Rajoy no es otro que el de buscar esa suicida condescendencia del principal partido de la oposición al proceso político que, en el caso del gobierno del 14-M, sólo tiene como objetivo gozar de una tregua electoral a cambio de pagos políticos y penitenciarios al separatismo vasco.

Oyendo a Gabriel Elorriaga y a otros dirigentes del PP, poco esfuerzo va a tener que dedicar ZP para conseguirlo. "Lealtad", "moderación", "sensatez", "espíritu constructivo", son algunas de las hermosas palabras con las que algunos tratan de maquillar sus envilecidas y acomplejadas disposiciones.

¿"Lealtad" al gobierno del 14-M? ¿Lealtad a un partido y a un dirigente que como ZP no le importó hacerle el juego político a los autores del 11-M con tal de lograr el poder? ¿Lealtad a quienes promovieron en esos inolvidables días de infamia el acoso a las sedes del PP del que se jactaron los terroristas? ¿Lealtad a un dirigente y un partido político que ha gobernado con los socios separatistas de ETA en Perpiñán? ¿Lealtad con quien no tiene claro si España es o no una nación? ¿Lealtad a quien se le acusa –o se le acusaba– con razón, de promover una reforma encubierta de nuestro orden constitucional? ¿Lealtad al presidente del gobierno que ha hecho recuperar a ETA sus esperanzas y del que Otegi ha dicho que "va por buen camino"?

A quien debe lealtad el PP es a las víctimas y al Estado de Derecho, a la Constitución y a la nación Española. Lealtad al principio de que el fin no justifica los medios. Lealtad al Espíritu de Ermua y no a las estrategias del Club de Perpiñán. Lealtad a los ciudadanos, no sólo a los votantes del PP, sino a la inmensa mayoría que, a pesar de la dominante propaganda mediática, todavía no es presa de ese embrujo de falsa paz.

Si ZP quiere el apoyo de Rajoy, ahí van unos pocos compromisos, claros y concretos, sin los cuales, lo del PP no sería "lealtad", sino infame y suicida complicidad:

1.- Que el gobierno del 14-M, tal y como exige el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, se comprometa a no llegar a ningún acuerdo político con ETA ni con ninguna formación firmante del Pacto de Estella, mientras estas no renuncien a sus fines soberanistas y no proclamen su lealtad a la Constitución y al Estatuto de Guernica.

2.- Que el gobierno del 14-M, dando muestras de esa "lealtad" al Pacto por las Libertades, no trate de contentar a ETA dando su visto bueno a un estatuto que proclame la "nación vasca".

3.- Que el gobierno de Zapatero demuestre su lealtad al imperio de la ley y a las fuerzas y cuerpos de seguridad de Estado y se niegue a mantener diálogo con prófugos de la Justicia.

4.- Que el gobierno del 14-M se comprometa a no tratar a los presos etarras como prisioneros de guerra, susceptibles de ser utilizados como moneda de cambio en un mal llamado "proceso de paz" que no viene precedido de ninguna guerra.

5.- Que el cumplimiento de penas de los etarras, como el de cualquier otro presidiario, permanezca conforme al Estado de Derecho, por lo que dicho cumplimiento no podrá verse beneficiado –ni tampoco perjudicado– por lo que digan, hagan o dejen de hacer otros criminales que siguen en libertad.

6.- Que el gobierno de Zapatero será leal a la legalidad vigente, concretamente a la Ley de Partidos, por lo que será el primero en instar a la Fiscalía General del Estado ante cualquier vulneración de dicha ley por parte de Batasuna así como por los proetarras del PCTV mientras se nieguen a condenar la violencia.

Pronosticamos hace dos años que, fueran galgos o podencos los autores del 11-M, ambos se dispondrían a sacar tajada del vuelco electoral del 14-M. Nos atrevimos a advertir que, con el concurso de una tregua, no les faltaría ayuda de muchos conejos. El colmo del olvido del pasado y de renuncia al futuro, sería que el PP, a partir de hoy, se encontrara entre esos conejos hechizados con el narcótico de la paz.

En España

    0
    comentarios