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EDITORIAL

Piqué, el Arriola catalán

La excusa es siempre la misma; no movilizar al contrario. Y la respuesta tampoco ha cambiado; el contrario lleva mucho tiempo movilizado.

Nos resultan familiares las campañas "pedagógicas" y "suaves". Lo fue la de marzo de 2004, en la que la negativa de Rajoy a debatir con Zapatero le hizo ir perdiendo la ventaja que luego el 11-M se encargaría de destruir por completo. La excusa es siempre la misma; no movilizar al contrario. Y la respuesta tampoco ha cambiado; el contrario lleva mucho tiempo movilizado, mientras el PP catalán ha procurado adormecer a los suyos.

Es cierto que la campaña por el "no" en el referéndum catalán debe adaptarse al electorado de esta región, poniendo más el acento en lo malo que resulta este Estatuto para la libertad y prosperidad de los catalanes. Pero eso no implica que no se deba gritar, algo y claro, que los "catalanófobos" son quienes lo apoyan. Porque es la verdad.
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