Menú
EDITORIAL

El suicidio de la AIMC

Maten al mensajero, señores de la AIMC, que ahí afuera les espera la realidad, con sus tecnologías punteras, para señalarles que se encaminan hacia el suicidio si se empeñan en proteger al EGM, su trasnochada criatura impresentable

La Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) ha decidido expulsar de su seno a la COPE porque el director de Deportes de esta cadena, José Antonio Abellán, ha denunciado –datos en mano y con notarios de por medio– que el Estudio General de Medios (EGM) que pergeña aquélla no investiga, o lo hace con unos métodos dignos, por lo grotesco, de una de las películas carpetovetónicas del maestro Berlanga. El anuncio ha coincidido con la divulgación de los últimos datos del Estudio General de Audiencias (EGA), que confirman el imparable ascenso de La Mañana, el programa que conduce Federico Jiménez Losantos, y el descenso vertiginoso del espacio matinal de la Cadena Ser.
 
Maten, maten al mensajero, señores de la AIMC, que ahí afuera les espera la realidad, con sus tecnologías punteras, para señalarles que se encaminan hacia el suicidio si se empeñan en proteger a su trasnochada criatura impresentable, ese EGM que compone sus informes con encuestas vulnerables, obsoletas, imprecisas, vastas, bastas y que mezclan churras con merinas. Y que, ya es casualidad –otra–, siempre se equivocan a favor y en contra de los mismos.
 
Con todo, lo más grave es la postura de los anunciantes que confían su dinero a tal suicida. ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué callan? O, por ponernos en lo peor, cui prodest?
0
comentarios