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Amando de Miguel

Palabras y venablos

Esperanza Vela se indigna con el título de "Madrid Arena" con el que se hace llamar "un estadio de no-sé-qué deporte" en la capital de España. Doña Esperanza considera incoherente esa horterada, teniendo como tenemos la palabra "estadio".

A. Fuentes opina que lo de "ningunear" sería algo así como "poner en su sitio". No exactamente. Se "ningunea" a una persona cuando se rebaja su presencia hasta el punto del menosprecio, normalmente injusto o desproporcionado. Sobre la voz remake, A. Fuentes indica que debería optarse por "versión", casi siempre con un sentido comercial, por lo de que "nunca segundas partes fueron buenas". Ese dicho lo popularizó Cervantes para referirse a la segunda parte del Quijote, quizá con ironía, pues fue todavía más brillante que la primera. El auténtico remake fue el Quijote de Avellaneda, evidentemente muy inferior al original cervantino. Mi teoría indemostrable es que Avellaneda fue Pero Pérez, el cura de la historia de Cervantes, porque verdadera historia fue, más que novela.

Ricardo Outis me invita a que comente el lenguaje de esa "pseudociencia de la Pedagogía, cuya disparatada y grotesca jerga sesquipedálica reina y gobierna sin oposición en nuestro desdichado sistema de enseñanza secundaria desde hace ya largos años". Hay ya un texto muy incisivo donde se critica esa jerga pedagógica: Mariano Arnal Arnal, Léxico de enseñanza (Madrid: El Almanaque, 2000). Tampoco los pedagogos son exclusivos o excluyentes en su jerga. La de los sociólogos es todavía peor. Habrá que recordar a Miguel de Unamuno, a quien repugnaban ambos menesteres. Bueno, a título particular ciertos pedagogos y algunos sociólogos se salvan de la pedantería léxica.

Esperanza Vela se indigna con el título de "Madrid Arena" con el que se hace llamar "un estadio de no-sé-qué deporte" en la capital de España. Doña Esperanza considera incoherente esa horterada, teniendo como tenemos la palabra "estadio". En efecto, lo de "arena" es un latinismo importado a través del inglés. Un modo más castizo podría ser "ruedo" o "albero" con que se describe la palestra de una plaza de toros. "Estadio" tiene un sentido más deportivo. Para ser precisos, un "estadio" griego tenía 125 pasos de longitud; aproximadamente el de un campo de fútbol (100 metros o 110 yardas).

Carlos Erice (Pamplona) me remite algunos mensajitos que le dejan los estudiantes de la Universidad Pública de Navarra. Pueden tener un gran interés para los arqueólogos del futuro. He aquí una muestra: "Hola, siento molestar pero es para avisar ke nos vamos de viaje y ke no yame a mi casa, yame al movil aunque no creo ke hasta las 9 pueda hablar ya que he de conducir. Gracias y perdon por las molestias". ¡Angelito!

Javier Anquela Mencía (Talavera de la Reina, Toledo) mantiene que la expresión correcta debe ser "punto final", y no "punto y final", como tan a menudo se oye. Tiene toda la razón, pero desgraciadamente se oye mucho lo de "punto y final" por el contagio de "punto y aparte" o "punto y seguido".

Gonzalo Gómez (estudiante español en Viena, Austria) comenta que en Austria, para referirse a una situación extraña, dicen que "parece española". Añado que también los españoles podemos calificar de "española" una situación peculiar. No se olvide que algunos vascos y catalanes utilizan el adjetivo "español" como insulto. Mi reacción ante ese hecho es decir: "¡qué español es ese comportamiento!". Inquiere don Gonzalo el "origen de las palabrotas". Suelen tener la función de desahogo. Para lo cual simplemente se menciona algún término que suene a oculto o prohibido. Para eso sirven las referencias a la sexualidad, a los excrementos, a lo sagrado. Resulta maravilloso que un mismo término pueda funcionar como insulto o como apelativo cariñoso. Todo depende del tono, del momento y del interlocutor. En el niño o adolescente el recurso de los tacos sirve para adquirir la seguridad de que puede pasar por adulto.

Fernando Gil Pujades me plantea un estimulante ejercicio lingüístico: "Cuál es el adjetivo más adecuado para alguien que, siendo inepto, se cree como una de las mentes privilegiadas del planeta". Don Fernando proporciona el ejemplo de José Luis Rodríguez Zapatero. No sé qué contestar. Apelo al sanedrín de los libertarios para ver de encontrar ese adjetivo. En términos técnicos, se puede decir que el tal inepto que se cree una luminaria sufre de "asomatognosia", es decir, ignora el lugar que ocupa su yo en el mundo.

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