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Amando de Miguel

Dichos populares con intención

"¿Qué me importa a mí que el idioma español crezca en California si yo no puedo escolarizar a mi hijo en esa lengua en una parte de España como es Cataluña?". Don Gonzalo tiene más razón que un santo y que varios cumpleaños.

Los dichos populares se prestan a apostillas irónicas que enriquecen aún más su carácter expresivo. Así, Bernardo SM comenta: "Cuando yo decía Dios aprieta, pero no ahoga, contestaba mi padre, ¡Sí, pero no suelta!"

Sobre la expresión "mar de fondo" siguen llegando interpretaciones dispares. José Bengoechea Ibaceta asegura: "Soy de pueblo marinero y de familia de marineros y me han enseñado que ese tipo de olas de perfil suave y altura considerable anuncian la proximidad del temporal… En el Cantábrico las borrascas se desplazan de Oeste a Este y, como giran en sentido contrario a las agujas del reloj, suelen comenzar con viento del Sur que luego cambia al Noroeste. En el mismo momento en que en la costa sopla un viento del Sur seco y cálido, en el otro extremo de la borrasca, en dirección Noroeste, en medio del mar, está soplando un fuerte viento también del Noroeste que es el que genera el mar de fondo… A ese tipo de olas de la mar de fondo [que anuncian un temporal] los marineros de por aquí las llaman vagas de mar". Muy ilustrado, sí, señor.

Adolfo Villafranca (Modena, Italia) anota que "el equivalente en menorquín de "mar de fondo" es mar vella (= vieja), que son esas olas regulares que no rompen y de bastante altura. Será que después de un temporal las olas han envejecido". Cavilo que va quedando una deliciosa ambigüedad: el mar de fondo es el oleaje que anuncia el principio o el fin de un temporal.

Por si fuera poco, he aquí otra descripción de los efectos de la locución que nos ocupa. La comunica Humberto García Rebagliento (Torrevieja, Alicante): "La mar de fondo altera las faenas pesqueras; obliga a modificar las artes de pesca; hace garrear [= ir hacia atrás] las embarcaciones; produce faltas en cabos y estachas en el atraque; origina resaca; enturbia el agua. No necesariamente presagia temporal, pero produce profunda agitación".

Cabe algún matiz más, el que proporciona Castellano Trevilla María Piedad, aunque firma Francisco: "La mar de fondo indica a veces un temporal en una zona más o menos cercana a la que nos encontramos. Es decir, no nos afecta el viento o la mar producida por el viento, pero nos llega la propagación de las olas". Obsérvese que algunos de los comentarios se refieren a "la mar", voz femenina. Tiene sentido que la mar sea un personaje femenino para los marineros y pescadores.

Jesús García Castrillo anda intrigado con el origen de la voz sansirolé (= bobalicón, papanatas, simple). No se sabe el origen, pero el insulto resulta expresivo. Mi madre decía "San Sirolé bendito" para indicar el estado de despiste que podía caracterizar a una persona. Quizá sea una corrupción de un fantasioso San Ciruelo, tenido por necio.

Apunto el lamento de Gonzalo (Barcelona) a propósito de un comentario de José María Carrascal sobre la pujanza del idioma español en los Estados Unidos: "¿Qué me importa a mí que el idioma español crezca en California si yo no puedo escolarizar a mi hijo en esa lengua en una parte de España como es Cataluña?". Don Gonzalo tiene más razón que un santo y que varios cumpleaños. Quienes van a perder más con esa anomalía van a ser los catalanes. El tiempo lo dirá.

Luis Gómez Bueno (Madrid) me remite este billete: "Cuando era niño y hacía alguna travesura que se suponía que podía ocasionarme algún perjuicio, en casa me solían decir:Luego te quejarás y llamarás a Cachano con dos tejas. Nunca he sabido quién era este Cachano, ni cómo se hace para llamar a alguien con dos tejas. A ver si algún libertario lo sabe". Es fácil averiguarlo. El tal Cachano era un alfarero muy popular de Alcorcón (Madrid). Era bastante sordo, pero no tanto que no percibiera el ruido de los cacharros al romperse. Por esa razón, cuando alguien le llamaba y Cachano se hacía el sordo, el consejo era: "Llama a Cachano con dos tejas". Quería decir que, si se chocaban dos tejas, ese ruido sí lo oía Cachano. La frase se troqueló para indicar que uno busca ayuda a la desesperada.

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