Esta es una carretera de dos direcciones. Por una de ellas circula Fernando Martín, mientras que por la otra lo hacen Lorenzo Sanz, Carlos Sainz, Juanito Navarro, Antonio Martínez Laredo, Ramón Calderón, etcétera, etcétera, etcétera. El caso es que Martín no quiere adelantar las elecciones. Es más, estaría encantado de que el próximo 26 de abril dimitieran cuatro o cinco directivos, para así "rellenar" sus vacantes. Ya tiene a los suplentes calentando en la banda. Entretanto, el resto de "precandidatos" a unas elecciones que el actual presidente se niega a adelantar, van por ahí presentando sus credenciales. El último lo hizo anoche mismo: Carlos Sainz, en "El Rondo" de Televisión Española. Hay quien juega incluso con una fecha, el domingo 4 de junio. Pero Martín, que piensa como Giulio Andreotti que el poder desgasta, sí, pero que la oposición desgasta mucho más, sigue a lo suyo. "Chufla, chufla, que como no te apartes tú"...
Escucho decir a Ramón Calderón que si Martín se obstina ("se enroca", dice exactamente) en mantener la presidencia, eso constituirá la prueba palpable de que está pensando más en él mismo que en el club. Y sin embargo Ramón Calderón es el único de los miembros de la actual junta directiva que ha anunciado su intención de presentarse a las elecciones. ¿Y cómo nos demuestra él al resto que, pidiendo elecciones, no está pensando más en su situación personal que en el Real Madrid?
La sorprendente dimisión de Florentino Pérez ha desatado una inesperada carrera por el poder, empezando por quien lo mantiene en la actualidad, Fernando Martín, que nunca soñó que le tocaría ese "gordo", y siguiendo por los demás. Quien más, quien menos, pensaba que Florentino volvería a presentar su candidatura en 2008 y arrasaría de nuevo en las elecciones. Para 2012, todos tendrían mucha ciática y pocas ganas de pelea. La dimisión les ha cogido por sorpresa. A Sainz, preparando el Rally Dakar. A Sanz, intentando comprar el Parma. A Navarro, en el teatro. A Calderón, trabajando en la franquicia de la NBA. Por lo menos ahora todos tienen un nuevo aliciente, el de guiar al madridismo a través de este auténtico desierto deportivo. ¿Quién sacará la espada Excalibur del yunque merengue? ¿Dónde está el Arturo madridista?
Esto es muy malo, deportivamente hablando, para el club merengue. Pero sin embargo resulta bastante entretenido para la prensa. Desde los lejanos tiempos en que Ramón Mendoza jugaba en sus juntas a enfrentar a Lorenzo Sanz con Mariano Jaquotot, los dos claros candidatos a sustituirle al frente de la presidencia, no se habían vuelto a revivir escenas como éstas. Tengo que dejar de escribir; me pongo melancólico.