Si hay algo peor que la demagogia partidista, es la demagogia bipartidista. Los líderes republicanos se han unido ahora a los demócratas para culpar a las compañías petroleras porque los precios suben cuando la demanda es mayor que la oferta. Los precios han estado subiendo en estas condiciones desde hace miles de años, mucho antes de que hubiera compañías petroleras. Esto ha pasado con todo, desde los alimentos a las pieles y ha sucedido con protagonistas de todas las partes del mundo.
Lo que también está pasando en estos últimos tiempos es que los precios más altos de la gasolina traen consigo furiosas acusaciones contra las petroleras por "extorsionar" con los precios. Algunas de las palabras y frases políticas más emocionalmente fuertes son completamente indefinidas: "explotación", "avaricia", "justicia social" y la eterna favorita, "extorsión".
¿Están las compañías petroleras cobrando todo lo que pueden? Sin duda. Pero probablemente estaban cobrando todo lo que podían cuando el precio de la gasolina era la mitad de lo que es hoy. Hasta los negocios que están perdiendo dinero cobran todo lo que pueden. Si no, simplemente podrían subir los precios y dejar de perder dinero.
La mayoría de los que protestan cobran todo lo que pueden por su trabajo o el uso de sus propios productos. Disfrazar el simple hecho de que todos por lo general preferimos más que menos con retórica política sobre la "extorsión" no explica nada. Algo que siempre es verdad no puede explicar cambios drásticos.
¿Acaso es tan complicado entender que cuando los precios del petróleo suben, los precios de la gasolina también suben? ¿Cree usted que el precio del trigo podría doblarse sin que el precio del pan subiese? ¿Tendríamos a los políticos revoloteando y echando chispas contra las grandes compañías de trigo por la "extorsión de precios"?
No importa lo grandes que sean las compañías petroleras norteamericanas; hay otras compañías petroleras en el mundo y el precio del petróleo lo determinan los mercados internacionales. Y con respecto a investigar a las grandes empresas de petróleo, ya se ha hecho una y otra vez sin que se haya encontrado nada.
¿Acaso es tan complicado entender que cuando países enormes como India o China gozan de economías en crecimiento, su demanda de petróleo aumenta a pasos agigantados? ¿Acaso es tan complicado entender que cuando la demanda se dispara pero la oferta no sube por igual, los precios suben?
Los precios son un síntoma de una realidad subyacente. Los políticos pueden aprovecharse del síntoma y hasta aprobar leyes que los regulen pero eso no cambia la realidad subyacente. Los precios son como la lectura de un termómetro. Cuando alguien tiene fiebre, no ayuda en nada que se ponga el termómetro en agua helada para que baje la lectura de la temperatura. Si se piensa que ya la fiebre desapareció, puede que el que desaparezca en breve sea el paciente si no se hace algo contra lo que está causando la fiebre.
Irónicamente, aquellos que más ruido provocan con sus protestas sobre el alto precio de la gasolina son los mismos que durante años han bloqueado todos los intentos de aumentar nuestro propio suministro de petróleo. Se han opuesto a la perforación de petróleo en el litoral atlántico, en el litoral pacífico o en Alaska. Han impedido que se construya cualquier nueva refinería de petróleo desde hace décadas.
Han peleado contra la construcción de presas hidroeléctricas o plantas nucleares para generar electricidad sin el uso de petróleo. Les encanta hablar sobre sus "fuentes de energía alternativa" favoritas sin prestar la más mínima atención a lo que costarían en términos de dinero, de trabajos o de nuestro estándar nacional de vida. Incluso cuando se propone que una de sus "fuentes de energía alternativa" favoritas, los parques eólicos, se construya cerca de sus casas, de pronto no está bien que se estropee la vista del paisaje.
Los políticos han sido indulgentes con estos engreídos durante generaciones. Como tarde o temprano todo se paga, ahora están gritando contra los altos precios y las compañías petroleras. Son unos caraduras de talla mundial.
Los políticos progres han jugado a esto durante años. Con la ayuda de los medios progres, han demonizado a los productores de petróleo y han logrado reemplazar economía con demagogia hasta tal punto que ahora los republicanos son los que salen corriendo asustados, algo que parece ser su deporte favorito.
Los republicanos parecen haber decidido que "si no puedes vencerles, únete a ellos". Los "líderes" republicanos parecen haber decidido abandonar el intento de hacer entender al público las realidades de la vida, de modo que lo que acabamos teniendo es demagogia bipartidista.
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* Traducido por Miryam Lindberg
