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Víctor Llano

El máximo líder de los multimillonarios

La fortuna de los Castro crece casi en la misma proporción que aumentan los suicidios de que quienes no son capaces de asumir los logros de su robolución.

Según la revista Forbes, Castro es más rico que la Reina de Inglaterra. Es lo que tiene la prostitución adolescente, casi infantil. En cualquier caso, nunca imaginamos que resultaran tan rentables los negocios de la Gran Madame Barbuda. El máximo líder de los multimillonarios atesora una fortuna de 900 millones de dólares. Y es que últimamente le pone mucho la moneda enemiga. Forbes calcula que en los tres últimos años ha sido capaz de robar nada menos que 790 millones de dólares.

Todas las empresas extranjeras que invierten en Cuba van "a pachas" con la familia de los grandes proxenetas. Muchas de ellas se quejan hoy de que no les pagan lo que les deben, pero otras insisten en invertir en el lupanar castrista. Quieren labrarse un futuro en los escombros que rodean a las más de doscientas cárceles. Según informa finanzas.com, "un grupo de empresas españolas negocia en Cuba varios contratos por valor de 180 millones de euros para el suministro de productos de diferentes sectores. La plataforma empresarial, unida bajo la denominación de Gececuba (Grupo de Exportadores del Clúster de la Energía del País Vasco), incluye a pequeñas y medianas empresas de diversos sectores de Álava, Guipúzcoa, Vizcaya, Zaragoza y Sevilla".

No nos sorprende. Castro y sus hijos siempre encuentran quien les escriba pidiéndoles una oportunidad. Mientras tengan tanto jamás se suicidarán. No incrementarán la larga lista de los jóvenes cubanos que prefirieron darse candela antes de ofrecerse a un anciano europeo o canadiense. Según reseña el periodista Pablo Alfonso en El Nuevo Herald, "de acuerdo con las más recientes estadísticas elaboradas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Cuba es el país con la mayor tasa de suicidios en todo el Hemisferio y una de las mayores del mundo".

La fortuna de los Castro crece casi en la misma proporción que aumentan los suicidios de que quienes no son capaces de asumir los logros de su robolución. Pero se equivocan los muchos hijos y nietos del Monstruo de Birán si confían en disfrutar por mucho más tiempo de los rentas de sus crímenes. Su suerte no es eterna. Pronto lo comprobarán. Como escribió un cantautor argentino, ¿dónde ir que no amanezca? Mientras viva su papaíto podrán servirse del sufrimiento ajeno. Pero el tiempo pasa para todos. También para el verdugo. Y no se demorará mucho más él día en que a sus herederos y a sus socios se les pueda exigir cuentas. El dinero se puede blanquear fácilmente. Las manos manchadas de sangre, no.

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