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Amando de Miguel

El lenguaje popular

Conviene recordar que el Gobierno de Cataluña formalmente no es nacionalista sino socialista. Luego se enfadan cuando César Vidal los tacha de "nacionalsocialistas".

Luis Díaz Fernández anda intrigado con algunas palabras típicamente granadinas, como farfollas o pollarda, que se utilizan en tono despectivo. Por lo que sé, la farfolla es el manojo de hojas que cubre la mazorca del maíz. Es claro que se trata de algo insustancial desde el punto de vista alimenticio. Sería algo así como las hojas del rábano o de la zanahoria. "Tener la pollarda encima" o "estar apollardado" es tanto como decir que uno está atontado. Es evidente el tono despectivo al incluir la voz obscena polla (= pene), si bien Camilo José Cela no incluye la voz "apollardado" en su completísimo Diccionario erótico.

Don Luis añade otro término granadino: gambetear, que es tanto como hacerse el remolón en el trabajo. Mi impresión es que se trata de un término de la jerga futbolística, importado del lunfardo porteño. Gambetear sería así tanto como regatear habilidosamente con el balón. A veces puede ser una forma de hacer pasar el tiempo para evitar algún susto al portero propio. Me complace señalar ese sentido que indica don Luis sobre "gambetear" como remolonear en el trabajo. Los libertarios recordarán que aquí hemos recogido un rico vocabulario en torno a la acción de dejar de trabajar. Seguimos ampliándolo.

Una expresión más para "dejar de trabajar" es la que aporta Rafael Agüera Lizaso: Es una expresión de Gijón: "¡A la playa, a ver la ballena!". Es la respuesta a una sugerencia peregrina, fuera de contexto. "Es fácil imaginar la ocasión en que, habiendo varado una ballena en la costa, los lugareños abandonarían sus obligaciones con la excusa de acercarse a la playa a ver la ballena".

José Cano (Albacete) me plantea una pregunta intrigante: "¿Cómo es posible que el contestador de un teléfono de Albacete, llamando desde Albacete (llamada local), me diga en catalán o valenciano que el teléfono al que llamo está ocupado y no sé cuántas cosas más?". Don José considera el suceso como "una desvergüenza". Participo de esa sensación. Añado que, si lo hace una casa comercial o un profesional, el asunto cae entre lo patológico y lo suicida.

Una señora de Barcelona, cuyo nombre ha de ser mantenido en el anonimato, me indica que todos los empleados de la Generalitat catalana han recibido un ejemplar del libro El gran llibre per la independencia. Su autor es Francesc Ferrer i Gironés, de Esquerra Republicana, recientemente fallecido. La señora de Barcelona, que insiste en que no dé su nombre, comenta: "Es una vergüenza que, con el dinero de todos, se regalen libros a los funcionarios fomentando la independencia [catalana] de España". Conviene recordar que el Gobierno de Cataluña formalmente no es nacionalista sino socialista. Luego se enfadan cuando César Vidal los tacha de "nacionalsocialistas".

Ricard Regàs considera que algunos localismos de Cartagena aquí recogidos se explican por la influencia del catalán o valenciano. Así, espolsar (= quitar el polvo), nombrosos (= numerosos) o boria (= niebla). Esa observación de don Ricard confirma mi reiterada impresión de que muchos localismos son más generales de lo que parece.

Otro ejemplo de lo anterior es la voz regalarse que para los albaceteños equivale también a "derretirse". Pues bien, Germán Martínez observa que en su pueblo, Falces (Navarra), se utiliza ese significado de "regalarse". Don Germán acusa una curiosa voz de su pueblo, el goce como derecho al uso de los bienes comunales. Los que comparten ese derecho son los congozantes, palabra que para los de fuera quizá resuene como un término de la fruición erótica. Claro que los navarros hablan extasiados del amejoramiento y se quedan tan frescos. Dichosos ellos con sus fueros.

José Antonio Martínez Pons precisa que en catalán ortodoxo espolsar es quitar el polvo pero también agitar o sacudir, por ejemplo, los almendros. Recordemos la famosa frase de Arzallus: "unos sacuden el árbol, otros recogen las nueces".

Roberto Grau asegura que el verbo espolsar se utiliza en muchos municipios de Murcia. El espolsador es el equivalente de los "zorros", una especie de escobón con tiras de tela o cuero que sirve para sacudir el polvo.

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