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Carlos Semprún Maura

El culebrón de los caimanes

Por ahora Sarkozy resiste y hasta se favorece de la tempestad mediática, como lo demuestra el último sondeo de Sofres, que le da vencedor en las presidenciales de 2007 por delante de Ségolène Royal, que sigue siendo la favorita de la izquierda.

Mi "caimán" nada tiene que ver con la película de Nanni Moretti, presentada en Cannes. Por cierto, en Francia son tan "zapateristas" que han decidido que el Festival de Cine pague el "impuesto revolucionario", no ya a ETA como el de San Sebastián, sino a Hamas, porque son tan pobres que ya no tienen ni para comprarse municiones ni la goma esa que borra vidas. Me refiero al culebrón Clearstream, interminable y tan enrevesado que nadie entiende nada y en el que los únicos delincuentes son los propios jueces de instrucción, los señores Jean-Marie Huy y Henri Pons.

En efecto, el tercer juez, Van Ruymboke ha sido criticado por la prensa y, por lo visto, por su jerarquía debido a sus citas secretas y contubernios con el "cuervo", Jean-Louis Gregorin, sin informar de ello a sus colegas antes citados, responsables del dossier, ni a nadie, como era su obligación. Pero es que dichos colegas han filtrado a la prensa, y concretamente a Le Monde, documentos confidenciales, protegidos por el secreto de la instrucción. En un país decente, con una Justicia justa y serena, a estos jueces se les hubiera retirado el dossier, por haberse saltado a la torera el código de procedure pénale, porque me parece difícil censurar o multar a un diario que publica documentos que recibe, sobre todo si son escandalosos y está en crisis de lectores.

Mientras, el "cuervo" Gregorin niega serlo y se explaya en la prensa, concediendo entrevistas y comentarios, explicándonos que un "cuervo" es una persona que envía cartas anónimas con calumnias y mentiras, mientras que él ha enviado cartas no firmadas, repletas de verídicas informaciones falsas. O al menos sin el menor atisbo de prueba. Como el veterano general Philippe Rondot, especialista de los servicios secretos, se negaba a acudir a la segunda convocatoria de los jueces, declarando que "ya lo había dicho todo", estos han enviado a los gendarmes para conducirle, manu militari, al Palacio de Justicia.

Es probable (admiren mi prudencia) que si Chirac y De Villepin se hubieran enterado de que Nicolas Sarkozy podría tener cuentas ilegales en Luxemburgo, hubieran dado firmes instrucciones para verificarlo, demostrarlo y poder matar (políticamente) a su más íntimo adversario. Como es asimismo muy probable que Sarkozy, enterándose de la operación, haya maniobrado para utilizarla en su provecho. Sabiéndose inocente ha presentado una querella y ahora exige que la investigación judicial vaya a su término. Lo cual me parece muy difícil, ya que todo se basa en rumores, infundios y calumnias sin la menor prueba, pero exorbitado por una prensa en busca de lectores. Por ahora el ministro de Interior y presidente de la UMP, Sarkozy, resiste y hasta se favorece de la tempestad mediática, como lo demuestra el último sondeo de Sofres, publicado enLe Figaro, que le da vencedor en las presidenciales de 2007 por delante de la "maja muda", Ségolène Royal, que sigue siendo la favorita de la izquierda.

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