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Zapatero se queda solo

Si Rodríguez Zapatero está política y diplomáticamente aislado en Europa, ahora comienza a estarlo también ideológicamente, anclado en un izquierdismo radical cada vez más acusado y denunciado desde la propia izquierda.

El mundo intelectual europeo baja revuelto en las últimas semanas tras la publicación del Manifiesto de Euston, texto firmado por intelectuales, profesores y escritores de la izquierda europea que busca reelaborar las bases intelectuales de la socialdemocracia del siglo XXI. De las consecuencias que pueden sacarse del manifiesto, una parece imponerse; si Rodríguez Zapatero está política y diplomáticamente aislado en Europa, ahora comienza a estarlo también ideológicamente, anclado en un izquierdismo radical cada vez más acusado y denunciado desde la propia izquierda.

Para vergüenza de socialistas españoles, los redactores de este manifiesto muestran su oposición a los regímenes dictatoriales, y rechazan cualquier tipo de comprensión o connivencia con ellos. Creen que la democracia es un bien universal, y por eso van más lejos; denuncian a los llamados progresistas por condenar a pueblos enteros a sufrir tiranía. Es decir, la nueva izquierda europea denuncia las tiranías, mientras Zapatero y Moratinos defienden una Alianza de Civilizaciones, sólo acogida con entusiasmo por ellas.

Frente al discurso del PSOE, el manifiesto recuerda que sólo unidos es posible vencer al terrorismo islámico, la gran amenaza hoy para musulmanes y no musulmanes. Unidad de las democracias liberales, por la que los firmantes denuncian la cultura anti-norteamericana como una infección que afecta a la izquierda, recuerdan el derecho del Estado de Israel a existir junto con los árabes, y denuncian el nuevo antisemitismo. Es decir, justo lo contrario que el Gobierno de Zapatero y Moratinos, alineados con los dirigentes de Irán, Hamas, Cuba o Venezuela contra las democracias liberales.

Aún van más lejos, y ponen en evidencia a Zapatero cuando denunciaba una guerra de Irak "ilegal, injusta, ilegítima e innecesaria". Contra ello, los firmantes denuncian el "carácter reaccionario, semifascista y asesino del régimen baasista iraquí, y reconocemos en su derrocamiento la liberación del pueblo iraquí". Es más, denuncian la campaña de la izquierda radical de acoso y criminalización de todos aquellos que, también en la izquierda, se oponían al sátrapa de Bagdad. Ideas que, antes y después del 14-M, constituyen el pilar del programa de Zapatero.

El manifiesto busca liberar a la izquierda de los comportamientos fanáticos y radicales que acaban alineándola con Castro, Ahmadineyad o Evo Morales, en su obsesión antiliberal y antioccidental. Ante ello, el proyecto ideológico de Zapatero le está dejando cada vez más solo en relación con la nueva izquierda europea. Además de alinearse con la vieja Europa, Zapatero se va convirtiendo vez más en la izquierda más reaccionaria y radical del continente. Si lo que busca es ser referente de cierta izquierda, lo está consiguiendo. Eso sí, para desgracia para nuestro país y hazmerreír de la izquierda europea moderna.

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