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Ignacio Villa

Esta no es la España de Zapatero

Es evidente que desde el Gobierno recuperando las viejas artimañas del pasado se va a utilizar al máximo el concepto de pan, circo y toros

Unos dicen que España ha jugado muy bien en el estreno mundialista, otros se limitan a decir que los goles españoles han llegado ante la debilidad de Ucrania. Sea una cosa u otra, la realidad es que la selección española ha comenzado un Mundial como nunca antes lo había hecho. Con garra, con fuerza, con convencimiento y también con suerte.
 
Pero entre tanto entusiasmo y contento que nadie se engañe, la España del Mundial no es la España de Zapatero. Desde el Gobierno les ha faltado tiempo para cantar a los cuatro vientos las maravillas de la selección nacional de fútbol en esa obsesión que tiene Moncloa por narcotizar a la sociedad española ante tanta barbaridad y desbarajuste del Ejecutivo. La España mundialista nada tiene que ver con la España del actual presidente del Gobierno.
 
En el Mundial, España ha jugado unida, con un esquema de juego, dejando la iniciativa a los que llaman "jugones" y teniendo muy claros el objetivo: ganar a Ucrania. La España de Zapatero es el polo opuesto a lo visto en Leipzig. La España de Zapatero es la España de la ruptura constitucional, es la que se rinde sin condiciones ante los terroristas etarras, es la que nadie reconoce en los foros internacionales, es la de la delincuencia organizada a granel, es la de las detenciones ilegales de los militantes del PP, es la que busca y rebusca en el pasado, la que fomenta el enfrentamiento entre los españoles, es la que quiere cambiar el modelo de sociedad arremetiendo contra la familia, la educación y los valores, es la que permite que en los actos públicos del primer partido de la oposición se insulte y golpee impunemente a los líderes de ese partido, es la que admite que se ejecuten pactos como el del Tinell de absoluto contenido antidemocrático, es la España del desgobierno y del ridículo. Esa es la España de Zapatero, una España muy alejada de la misma que ha cantado y coreado los goles de Villa, Torres y Alonso.
 
Es evidente que desde el Gobierno recuperando las viejas artimañas del pasado se va a utilizar al máximo el concepto de "pan, circo y toros". Y se van a intentar utilizar al máximo las alegrías del fútbol como bálsamo para un Gobierno que tiene demasiados escapes de agua y repleto de problemas. La España del Mundial no es la España de Zapatero, en definitiva, porque la España del Gobierno va camino de la desaparición.

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