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Jorge Valín

Los derechos de Joan Saura

Saura defiende expropiar la producción de una persona para que trabaje gratis para otra. A esta acción no se le puede llamar altruismo, sino esclavitud y tiranía.

Joan Saura, conseller de Relaciones Institucionales y Participación del gobierno de Cataluña, está haciendo su campaña personal por el sí al estatut de Cataluña. Su defensa se centra en que el documento amplía los derechos del ciudadano y que es un arma para luchar contra el PP.

El conseller se escandaliza y no entiende que alguien pueda estar en contra de los derechos que él quiere instaurar, razón por la que siempre carga contra la derecha, el mal de todos los males. ¿Pero qué significa "derechos" en el idioma de Saura? Para este hombre de izquierdas, los derechos no son un don natural inalienable que posee el individuo y que pueda ejercer a su voluntad, sino que son una concesión del burócrata al hombre. En su visión, el jerarca supremo, él y los políticos, deciden quién ha de tener libertad y quién puede vivir a costa del resto de la sociedad. Libertad para el conseller es poder dirigir una sociedad de dueños y esclavos.

Les pondré un ejemplo. Saura se sorprende que alguien pueda estar en contra de una "renta básica" para los más pobres (artículo 24 del estatut), y así lo va proclamando por todas partes. Las conocimientos de la palabra libertad y economía no son lo suyo. Desde el punto de vista de la libertad, la redistribución estatal económica es un robo. Significa arrebatar por la fuerza el trabajo de una persona para dárselo a otra. La redistribución estatal puede estar muy bien vista, puede ser todo lo guay y socialista que queramos, pero es el antónimo a la palabra libertad. Si el señor Saura redistribuye el dinero de otros con la amenaza de la obligación gubernamental, entre quien sea, significa que el catalán que con su esfuerzo y trabajo se ha ganado su dinero no podrá disfrutarlo porque el conseller se lo habrá usurpado para transferirlo a otra persona o para engrosar las arcas del gobierno catalán. En otras palabras, Saura defiende expropiar la producción de una persona para que trabaje gratis para otra. A esta acción no se le puede llamar altruismo, sino esclavitud y tiranía. Altruista sería que nuestro conseller destinara una parte de su abultado sueldo a la beneficencia, redujera drásticamente su salario para que quedase en manos del pagar de impuestos catalán o incluso bajase los impuestos. La solidaridad es un acto voluntario, no una imposición que tenga que nacer de las leyes y ser acatada por el miedo.

El estatut de Cataluña es un peligro para la economía de los catalanes y para su auténtica libertad individual. Transfiere la responsabilidad del hombre libre al burócrata para que éste la gestione con total impunidad. Cuando oigamos a un político hablar de derechos y libertad, no nos tenemos que alegrar, sino asustar y coger bien fuerte nuestra cartera. El léxico de los políticos no tiene nada que ver con nuestra realidad. El estatut es un peligro, y quien mejor lo ha demostrado es el señor Saura.

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