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Agapito Maestre

La crispación de la izquierda

La situación del Gobierno no puede ser más precaria. Este comunicado pone en evidencia a los cuatro cerebros que bailan con ETA, que no tienen otra estrategia que no sea la dilación y el dejar pasar la cosa.

Una novedad presenta el último comunicado de ETA. Algo inaudito trae este comunicado, que pone en cuestión a quienes sospechábamos que había un plan pactado entre el PSOE y ETA. Esa novedad, dicho sin rodeos, permitiría pensar un escenario aún más terrible que el anterior, a saber, no hay nada seguro entre el Gobierno y ETA. Los cuatro cerebros privilegiados del PSOE, o sea, Zapatero, Blanco, Rubalcaba y Fernández de la Vega, no han conseguido "persuadir" a los asesinos de que aún no ha llegado el momento de saltarse la legalidad vigente. Mal, muy mal, lo tiene el Gobierno y la nación española. La exigencia etarra de saltarse la Constitución, o cualquier otra legislación que ponga trabas a sus planes, significa que el Gobierno no ha conseguido una sola concesión de ETA. Los asesinos no sólo pretenden la autodeterminación, Navarra y los presos a la calle, sino quieren romper, definitivamente, con la legalidad vigente.

Los asesinos de ETA han dejado en ridículos a los cuatro cerebros socialistas. Pobres. En efecto, es la primera vez que ETA habla sin tapujos de que el Gobierno tiene que saltarse la legislación vigente: "Ninguna legislación, ordenamiento, ni Constitución será obstáculo o límite en el desarrollo de la decisión que mayoritariamente adopte el pueblo vasco". Esa terrorífica exigencia demostraría que el Gobierno no sólo no sabe lo que quiere, sino que está bailando con un lobo que en cualquier momento puede devorarlo. La situación del Gobierno no puede ser más precaria. Este comunicado pone en evidencia a los cuatro cerebros que bailan con ETA, que no tienen otra estrategia que no sea la dilación y el dejar pasar la cosa. Malo era un posible pacto entre ETA y el Gobierno, pero peor es la actual situación: el Gobierno es rehén de ETA.

Por este camino, el Gobierno ha entrado en un proceso de enloquecimiento, sin otro objetivo que no sea llegar a las elecciones mareando la negociación con ETA, y culpando a la oposición de todos sus males. En este último asunto sus ideólogos son implacables. Basta fijarse en las opiniones de Santiago Carrillo, Santos Juliá y Gil Calvo, por sólo dar tres nombres, acerca de la crispación de la derecha para saber que el enloquecimiento del Gobierno ha alcanzado también a sus ideólogos. Por ejemplo, si alguien crítica que no es bueno sacar a relucir los muertos de nuestra guerra, el ideólogo de turno del PSOE dirá que es una provocación de la derecha; de modo parecido, si alguien señala los peligros de balcanización de España, le dirán que es un alarmista facha; y, por supuesto, no paran de acusar a las víctimas del terrorismo por ser unos crispados que entorpecen el proceso de negociación con los asesinos de ETA.

Esto ya no parece un proceso revolucionario sino un delirio. España está patas arriba y los ideólogos de la izquierda apelan al "juicio" de Carrillo: la derecha española está crispada como en el 36. ¿Significa esto que Carrillo y sus seguidores estarían dispuestos a usar las mismas armas que utilizaron en el 36? ¿Quizá no se conforman con el asesinato de Calvo-Sotelo y buscar liquidar al Gil Robles de Hoy? Quién sabe.

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