habiéndose demostrado en la práctica, tras dos años de ineficaz dispendio, que el Ministerio de Vivienda es un fiasco colosal, nadie hace ni dice nada para liquidar esa innecesaria y onerosa cartera
Por enésima vez la titular de Vivienda vuelve a resbalarse con las cifras. La semana pasada anunciaba ufana que el precio de la vivienda sólo se había incrementado un 12% en el primer trimestre del año. Esto de por sí ya era noticia, porque uno de los caballos de batalla del PSOE en la oposición era la carestía de la vivienda y los estupendos planes que traían bajo el brazo para ponerle remedio. El hecho es que ese 12% era poco, Trujillo se había quedado corta.
El Colegio de Registradores hizo público ayer que, según los cálculos de su Centro de Procesos Estadísticos, en este mismo período, el aumento medio del precio de la vivienda ha sido del 15,89%, es decir, casi cuatro puntos más de subida con respecto a lo que dijo María Antonia Trujillo. Cuatro puntos no son cualquier cosa y sitúan el encarecimiento de la vivienda en una tasa parecida a las de los últimos años de Gobierno del PP.
Siendo la ineptitud de la ministra algo manifiesto desde cualquier punto de vista, no deja de ser curioso que Zapatero se empeñe en mantenerla al frente de ese Ministerio. Más aún, habiéndose demostrado en la práctica, tras dos años de ineficaz dispendio, que el Ministerio de Vivienda es un fiasco colosal, nadie hace ni dice nada para liquidar esa innecesaria y onerosa cartera. Quizá sea porque, falto de todo, al Gobierno lo único que le queda es la propaganda. Para esa lid, un Ministerio como el de Trujillo es una perita en dulce, y eso, lógicamente, Zapatero no lo va a desaprovechar.
