No contentos con la impunidad que gozan cada vez que invaden propiedades ajenas, los mitificados "okupas" se permiten repeler con violencia a la policía en el momento de ir a desalojarlos.
Tal ha sido el caso de los salvajes incidentes causados el miércoles por la noche por un nutrido grupo que se había hecho fuerte en una casa de La Fera de Gracia en Barcelona. Haciendo caso omiso a las indignadas e impotentes protestas de los vecinos, entre treinta y cuarenta encapuchados, perfectamente organizados, bloquearon los accesos a la zona del edificio atravesando coches o levantando barricadas con neumáticos ardiendo, cables, contenedores y otros objetos, en calles como Torrent de l'Olla, Gran de Gracia o Betlem. Un millar de vecinos se quedaron sin suministro eléctrico hasta las dos de la madrugada debido a los daños sufridos por un transformador, mientras la policía no practicaba detención alguna.
Y es que a estos salvajes caraduras que pretenden vivir a costa de los demás no les ha faltado nunca la comprensión de una elitista "progresía" que, lógicamente, no es víctima de sus atropellos. Es debido a ese lamentable clima dominante, por el que el "colectivo"okupamantiene lo que han llamado "convocatoria de concentración solidaria contra el desalojo" que, si bien estaba previsto para la mañana del jueves, ha sido finalmente suspendido por los agentes de la policía autónoma, a la espera de lo que decida un juez. Tal vez la clase política catalana, siguiendo el ejemplo de ZP, termine por ofrecer a estos bárbaros una "mesa de diálogo"...