Manuel Fraga sentenció, en tiempos de una Transición, que "la política hace extraños compañeros de cama". Desde entonces dicha frase ha sido repetida hasta la saciedad y no deja de tener vigencia, pero no sólo en el terreno de alianzas y coaliciones entre partidos. La Rex Pública supera el ámbito de los poderes legislativo y ejecutivo para estar firmemente asentada en la sociedad civil, que cada día tiene una participación más activa y organizada en el debate sobre diferentes cuestiones. También aquí aparecen los citados "extraños compañeros de cama", que incluso llegan a ser indeseables.
Esto es justo lo que ha ocurrido con las protestas contra el canon de la SGAE y CIA a los soportes digitales. Mientras que la mayor parte del activismo civil contra el mismo se ha expresado de forma civilizada y con respeto a las normas del juego democrático, un grupo de vándalos ha venido a manchar la imagen de todos los que nos oponemos a que "Teddy" Bautista, Ramoncín y similares se llenen los bolsillos a nuestra costa con la complicidad de los poderes públicos. La coincidencia en una cuestión como el rechazo a la "compensación por copia privada" no convierte a organizaciones y plataformas como la Asociación de Internautas o Todoscontraelcanon.es en cómplices de los indeseables de "Rompamos el silencio". Las dos primeras actúan de forma legítima mientras que la tercera tiene un comportamiento deleznable.
El canon a los soportes digitales es una agresión clarísima contra el derecho de propiedad, en este caso de los consumidores. Pero también lo es el asalto a la sede de la más conocida de las entidades de gestión de derechos de autor. Por mucho que se haya ganado a pulso el rechazo e incluso el odio de gran parte de los españoles, la SGAE es la legítima propietaria de sus oficinas y no tiene justificación ni legal ni moral que se irrumpa a la fuerza dentro de las mismas. Curiosa y vandálica manera de protestar la de "Rompamos el silencio".
Por eso está bien que tanto la Asociación de Internautas como Todoscontraelcanon.es hayan dejado claro su rechazo y condena a la acción violenta de ese grupo de radicales. Los miembros de "Rompamos el silencio" deben saber que están solos. Se les debe dejar claro que aunque se comparta su rechazo por el canon, no se les apoya ni se les justifica. Quienes creemos en la libertad y el juego democrático, los que compartimos unos valores mínimos que suponen la base de la democracia, debemos tener claro que esos asaltadores son tan enemigos nuestros como de la SGAE. Ellos apuestan por la coerción, por la imposición violenta de sus ideas. El resto, los otros activistas optan por la legalidad y la acción legítima.
Unos y otros no deben mezclarse. Debe quedar bien claro que al carro de la causa más legítima puede sumarse el más indeseable. Este último debe ser aislado y ha de negársele toda legitimidad. Todoscontraelcanon.es y la Asociación de Internautas tienen todo mi apoyo en su lucha contra las entidades de gestión; "Rompamos el silencio" me da asco.