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Agapito Maestre

Lealtad a las ideas

Pero lo decisivo, coherencias de algunos ideólogos aparte, no son las fisuras de los medios democráticos, sino la sobreabundancia de los medios totalitarios de la izquierda.

Es difícil en los tiempos que corren hallar hombres leales a las ideas. Pero tengo que reconocer la valentía de dos de ellos: Rouco y Cañizares. Sus declaraciones a favor de la unidad de España valen por todas las medias palabras de individuos que creen representar a la derecha democrática, cuando en realidad tienen dificultades para representarse a ellos mismos. Rouco y Cañizares han defendido la idea de España sin complejos, o sea, desde su conciencia. Contrasta la posición de estos ciudadanos, que piensan a contracorriente, con las medias palabras de Gregorio Peces-Barba, todavía Alto Comisionado de las Víctimas del Terrorismo, quien no sólo los ha criticado, sin citarlos, sino que los ha reprendido por "complicar las cosas con sus deseos de engañar".

Las esperpénticas declaraciones de Peces-Barba, sin embargo, tendrán más repercusión que las de Rouco y Cañizares. El motivo es obvio. El Gobierno socialista dispone de una maquinaria mediática infinitamente superior a la de la derecha democrática, que incluso pasa de analizar las propuestas de Rouco y Cañizares, sencillamente, porque son las opiniones de ciudadanos católicos. Sí, sí, para ciertos analistas de la derecha aún no han entendido que el católico no quiere ser juzgado en primera instancia, en la instancia terrena y política, por su catolicismo sino por ser ciudadano. Así están las cosas... En verdad, la democracia española no estaría en almoneda sin la enorme desigualdad existente entre los medios de comunicación de la derecha democrática y la izquierda revolucionaria.

Los medios de comunicación de la derecha democrática son pocos y con fisuras. Más aún, un órgano de expresión de talante izquierdista como El Mundo, y no es la contradicción menor que tiene la derecha democrática con sus medios de comunicación, es una plataforma importante para recoger los planteamientos de la derecha política. No es, sin embargo, cuestión de señalar contradicciones en los pocos medios de comunicación que se hacen cargo de los planteamientos de los defensores de la democracia española, pues que podríamos empezar y no saber cómo terminar... Sólo un ejemplito es suficiente para saber dónde reside la tolerancia: Alaska, una de las musas de las celebraciones de los días de fiestas de los gays y lesbianas, lejos de ser estigmatizada por la COPE es colaboradora de uno de sus programas.

Pero lo decisivo, coherencias de algunos ideólogos aparte, no son las fisuras de los medios democráticos, sino la sobreabundancia de los medios totalitarios de la izquierda. ¿Cuántos medios democráticos hay en la izquierda? Pocos, poquísimos, si atendemos sobre todo a los criterios de poder con los que operan. Con estos medios no hay equivocidad posible. Su funcionamiento totalitario es tan potente que opaca esa sensación ciudadana, que compartimos millones de españoles, de estar viviendo en un régimen político revolucionario, el impuesto día a día por el autócrata Zapatero, que no respeta la división de poderes, se inmiscuye en el ámbito de la justicia, restringe un día sí y otro también libertades ciudadanas, salta por encima de los consensos básicos de la sociedad y, sobre todo, oculta su objetivo más inmediato: la eliminación de la nación española como suelo de las libertades ciudadanas.

En fin, el Gobierno de Zapatero actúa con toda impunidad, porque sus medios de comunicación funcionan como un bloque monolítico sin ningún tipo de fisura. Imagínense, por ejemplo, una columna de Vargas Llosa en El País denunciando el fin de la nación española... Imposible. Por el contrario, reitero, Alaska, la musa de gays y lesbianas, la "intelectual" y crítica furibunda de los ideales católicos, puede trabajar sin ningún problema en la COPE.

(Coda: Los ejemplos están puestos para soliviantar las intenciones de las "buenas conciencias".)

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