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EDITORIAL

Un pacto entre criminales y mentirosos

Como es de los que mienten a todo el mundo, no sabemos si este indigno presidente pagará a ETA todos y cada uno de los compromisos adquiridos. De lo que no tenemos duda es de que los ha adquirido y los ha empezado a pagar en pro de una falsa paz electoral

No sabemos si, tal y como apuntó en su día el diario El País, el Gobierno del 14-M y ETA llegaron a consensuar el texto del comunicado de alto el fuego hecho público el pasado 22 de marzo. Lo que es una evidencia para todos –excepto para los compulsivos mentirosos que nos gobiernan– es que hubo contactos previos entre el Gobierno y la organización terrorista, como los ha habido en numerosas ocasiones entre los socialistas vascos y la ilegalizada representación política de Batasuna.

Mucho antes de que Zapatero preparara el terreno para que la opinión pública acogiera la inminente tregua de ETA como si del "inicio del principio del fin" de la organización terrorista se tratara, el presidente confesó a Fernando Savater "en casa de unos amigos comunes" el haber recibido una oferta de la organización terrorista, "sin letra pequeña y sin más contrapartida que la de dar salida a los presos". Concretamente, Savater desveló esa inédita oferta de ETA al Gobierno de ZP en mayo de 2005, un mes antes del encuentro entre los representantes del Gobierno y los terroristas que desvelaba este lunes el diario proetarra Gara.

En cualquier caso, recordemos que ha sido la propia ETA la que, en su último comunicado, recordaba al Gobierno los "compromisos adquiridos". No se entiende que si la organización terrorista estaba mintiendo e intoxicando –tal y como dice ahora de Gara el Gobierno del 14-M–, Zapatero haya insistido en dar por válida la fase de "verificación" ante quienes, además de mentir, siguen practicando la extorsión económica e incitando la kale borroka.

Que es el Gobierno del 14-M el que miente de manera compulsiva –y no sus chantajistas y criminales compañeros de viaje–, lo demuestra el propio ejecutivo al disfrazar de "proceso de paz" lo que la organización terrorista, fiel a su tradición, ha definido como "un proceso de autodeterminación y de resolución de un conflicto político". Que miente el Gobierno, lo muestra este indigno e ilegitimo ejecutivo al ocultar y al negarse a admitir una extorsión económica a los empresarios, que no sólo ha sido denunciada por las víctimas, sino justificadas por la organización terrorista. Que miente este Gobierno, lo demuestra el ministro del Interior. Pérez Rubalcaba, al encubrir a los policías que "chivaron" a ETA que sus responsables estaban siendo vigilados a instancias del juez Marlaska.

Si compromiso de sortear y neutralizar "de facto" el Estado de Derecho lo hay desde el mismo momento en el que te comprometes a sentarte a dialogar con prófugos de la Justicia a quienes la Ley exige en todo momento detener y enjuiciar, ¿qué decir de este Gobierno cuyas presiones a los tribunales de justicia, para que hagan la vista gorda ante Batasuna, ha llegado a ser considerada como una "incitación a la prevaricación" por el mismísimo presidente de la Audiencia Nacional, Carlos Divar?

Que este gobierno haga referencia a las detenciones practicadas a instancias del juez Marlaska como prueba de que no hay ningún compromiso adquirido con la organización terrorista, es el colmo de la desfachatez. Y es que desde el PSOE se ha "linchado" verbalmente a este juez por hacer oídos sordos a las bochornosas presiones que personalmente le dirigió el mismísimo ministro de Justicia para que no obstaculizara el mal llamado "proceso de paz".

Como Zapatero es de los que mienten a todo el mundo, no sabemos si este indigno presidente del Gobierno pagará a ETA todos y cada uno de los compromisos adquiridos. De lo que no tenemos duda es de que los ha adquirido y los ha empezado a pagar en pro de una falsa e infame paz electoral. Lo que sabemos es que con ese mismo objetivo, Zapatero está dispuesto a sumarse a los separatistas partidos de Estella –que también adquirieron compromisos con ETA mucho antes de la tregua del 98– para acabar con el actual marco jurídico-político del País Vasco. Lo que sabemos es que el infame precio político que Zapatero encubre bajo la expresión batasuna de "respetar la decisión de los vascos" debilitará a nuestra nación, a nuestra democracia y a nuestro Estado de Derecho, y que con ello sólo se conseguirá hacer más insaciable y criminal a una organización terrorista que ya ha segado la vida de casi un millar de españoles.

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