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Amando de Miguel

Humor y trabucamientos

Así, la señora de la limpieza está convencida de que el médico general, ante un dolor de oído, la envía al "doctor Torrino". Naturalmente, se trata del otorrinolaringólogo. También los médicos podían componer palabras más sencillas.

Eduardo Fungairiño me envía una deliciosa historia que prueba los retruécanos que podían derivarse del lenguaje de los telegramas:

El 21 de Septiembre se conmemora San Mateo, Patrón de Reinosa. En los años 20 se celebraba la fiesta con, entre otros actos, un baile de sociedad. Una distinguida dama de la sociedad campurriana encargó con la debida antelación a una afamada modista de Santander sendos vestidos para sus dos jóvenes hijas, que tenían que concurrir al baile. Pasaban los días y la modista no enviaba los vestidos. La señora se impacientaba porque sus hijas "no tenían nada que ponerse", y si continuaba la demora no podrían ser presentadas en sociedad. Seguían pasando los días y la modista no daba señales de cumplimentar el encargo a tiempo. Viendo que se acercaba el crítico día 21, la distinguida madre remitió a la modista el siguiente telegrama: "Niñas desnudas; San Mateo encima".

Ignacio Seco, farmacéutico, corrobora algunos ejemplos de trabucamientos en algunos clientes humildes de la botica. Está la señora mayor que solicita una medicina contra el estreñimiento, concretamente unos depositorios (= supositorios). Ella ya se ocupaba de comer pan tergal (= integral), pero ni por esas. Otras veces los clientes más vergonzosos pedían pararrayos (= preservativos). Una vez, los errores de los trabucamientos lo son porque tienen toda la lógica del mundo.

Son innúmeros los trabucazos en los que se descoyunta una expresión estereotipada. Por ejemplo, Juan Llamas (Oviedo) envía esta margarita: "Iba sin rumbo y sin fijo". En esos casos, contrariamente a lo que pueda parecer, el trabucamiento supone una chispa de inteligencia.

Antonio (¿de Cambrils?) envía dos trabucazos locales:

  • la conocida marca de leche PMI es conocida como MPI, que se pronuncia "me peí", del verbo escatológico "peer".
  • "A mi tío Paco le tuvieron que meter por las venas un catecismo (= cateterismo).

Bruno Fazio (Barcelona), traductor de profesión, me recuerda algunos trabucamientos muy comentados:

  • "Se atormenta una vecina", título de una comedia argentina. Juega con lo de "se anuncia una tormenta".
  • "A los maliciosos les va a salir el culo por la tirata" (= el tiro por la culata). La frase es de la actriz Marujita Díaz.
  • "Blancanitos y los Siete Enanieves" (= Blancanieves y los Siete Enanitos).
  • "Melchor, Gaspar iba a saltar (= Baltasar) y se cayó".
  • "Agua que no has de beber, jálale la cadena" (dicho mexicano).

José Mª Navia-Osorio, con su caracterizada bonhomía, me remite una lista entera de trabucamientos que ha ido anotando su amigo Francisco García Pérez. Algunos los han pronunciado ciertos "famosos" del espectáculo. Los reproduzco sin más:

  • "Volvió del viaje refollante (= rebosante) de salud".
  • "No es para rascarse (= rasgarse) las vestiduras".
  • "Mi hija es muy pequeña aún; traerla al Rocío es muy premeditao" ( = prematuro).
  • "Las declaraciones del ministro no son más que juegos (= fuegos) de artificio".
  • "¡Vamos, hale, hale, que es gerundio!".
  • "Trabajando me dejo la piel en el pellejo".
  • "Le tocó la Lotería y ahora vive como un majara (= maharajá)".
  • "Hay garrafas (= rachas) de viento".
  • "Es una persona fabulosa, un desecho (= dechado) de virtudes".
  • "Es un reloj de acero inexorable" (= inoxidable).
  • "He encontrado la hormona (= horma) de mi zapato".
Juan Zamora Talló (Collbató, Barcelona) relata algunos casos vividos en los que el trabucamiento se explica por la dificultad de hacerse con las palabras adecuadas. Así, la señora de la limpieza está convencida de que el médico general, ante un dolor de oído, la envía al "doctor Torrino". Naturalmente, se trata del otorrinolaringólogo. También los médicos podían componer palabras más sencillas. Otro caso observado por don Juan es el de una empleada de la peluquería. Ante la solicitud del cliente para que le cortara el pelo, la empleada respondió: "No señor, la peluquera se ha tenido que ir, y yo solo estoy aquí porque hago elsuplicio(= la suplencia, la sustitución) de la esteticién".

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