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Alvino-Mario Fantini

España y el gobierno de la verdad

La España de Zapatero no solamente tiene un Ministerio de la Verdad, sino que tiene todo un Gobierno de la Verdad dedicado a recompensar el odio religioso y borrar el pasado histórico.

Estoy en Vermont, pero me gustaría estar en España. ¿Por qué? Pues temo que el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero está tratando de destruir la cultura e historia de ese país y este verano podría ser la última oportunidad de ver las estatuas, monumentos y placas que cuentan la historia de España en el siglo XX.

Estoy desilusionado con España desde que los votantes sacaron del poder al Partido Popular para aplacar a los terroristas, tres días después del horroroso ataque en Madrid del 11 de marzo de 2004. Luego se supo que España había sido atacada por ser "uno de los pilares de la cruzada" encabezada por los Estados Unidos.

Aznar fue reemplazado por el virulento anticatólico Zapatero. Casi inmediatamente después de asumir el poder, Zapatero –nieto de un capitán del ejército republicano que fue ejecutado por los nacionalistas durante la Guerra Civil– comenzó a voltear el país.

Guiado por un fervor ideológico, muy joven, en 1979, ingresó al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y comenzó su presidencia retirando las tropas españolas de Irak. Pero una alta prioridad para él siempre ha sido la destrucción de la historia de España y la eliminación de los valores tradicionales de la vida pública. Con la destrucción de las estatuas del ex-dictador Francisco Franco y la propuesta destrucción de íconos culturales como el Valle de los Caídos, el gobierno de Zapatero trata de borrar toda muestra del pasado franquista. Eso es un "disparate vengativo", escribe Felipe Fernández-Armesto, profesor de historia española en la Universidad de Tuft: "un intento de distorsionar los datos históricos y suprimir parte de la evidencia".

Zapatero acaba de aprobar la propuesta final de "la ley de memoria histórica", algo que suena verdaderamente orwelliano. La ley eliminará todas las imágenes, símbolos y referencias a Franco y a su régimen en todos los sitios públicos y está diseñada para honrar a los comunistas y socialistas perseguidos durante los 36 años del régimen de Franco. Estipula que el gobierno español otorgará 60 millones de euros en "pensiones, compensación y obras de reconocimiento" para honrar a unas 285.000 víctimas republicanas de la Guerra Civil y de la posterior dictadura. Sin embargo, la ley no menciona a las 145.000 personas que mataron las fuerzas republicanas o fueron ejecutadas por milicianos ni los más de 4.000 sacerdotes diocesanos, 2.500 padres y 13 arzobispos brutalmente asesinados.

Los republicanos españoles han sido frecuentemente admirados por su lucha contra el fascismo, pero también debemos recordar que para 1936, cinco años después de la caída de la monarquía, el gobierno republicano estaba infiltrado por agentes comunistas. Según el "Libro negro del comunismo", los soviéticos enviaron a 2.000 especialistas militares para ayudar a la causa republicana. Estos "consejeros" incluían a oficiales del NKVD, la policía secreta comunista, con el propósito de planificar e implementar actividades terroristas por toda España.

Al igual que los norteamericanos que se unieron a las Brigadas Internacionales, el escritor inglés George Orwell peleó contra los nacionalistas españoles, al lado del Partido Obrero de Unificación Marxista de España y su famosa novela, "1984", se inspiró en sus experiencias durante la Guerra Civil y su decepción con la actuación de los comunistas.

Ahora, la agenda del gobierno socialista de Zapatero incluye la censura, la revisión histórica y represión política, todo lo cual nos lo advirtió Orwell. Así, la España de Zapatero nos recuerda el siguiente pasaje de la novela de Orwell: "A un kilómetro del Ministerio de la Verdad... con sus torres altas y amplias contra un paisaje triste... Winston trató de exprimir algunos recuerdos de su infancia... Pero nada quedaba de su niñez... Se borró el pasado, la borradura fue olvidada, la mentira se convirtió en la verdad".

La España de Zapatero no solamente tiene un Ministerio de la Verdad, sino que tiene todo un Gobierno de la Verdad dedicado a recompensar el odio religioso y borrar el pasado histórico.

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