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Amando de Miguel

Sobre las nuevas tecnologías

Supongo que, con tales argumentos del facundo don Agustín la polémica sobre las nuevas tecnologías está servida. A mí me ha dado pie para escribir un libro entero. Tendrán cumplidas noticias sobre el particular después del verano.

Agustín Fuentes me envía una enjundiosa disquisición a propósito del concepto y realidad de la internet. Transcribo algunos de sus provocativos razonamientos:

Por lo tanto, Internet, más que la definición de un conjunto interconectado, físico y discreto de elementos definibles por ellos mismos, describe una entidad subjetiva, desarrollada con tecnologías informáticas, cuya realidad física varía continuamente en el tiempo, formada por almacenamientos de información hiperdistribuidos, elementos de acceso y transferencia de los contenidos de estos almacenamientos y usuarios que emplean estos elementos para acceder de forma aleatoria a la información almacenada o para aportarla nuevas informaciones. Al paso que vamos, la frase en cursiva y subrayada, se podría sustituir por: entidad cibernética subjetiva,...

Será difícil cambiarle el nombre porque está muy popularizado. Por otra parte, los intentos de denominarla La Red no parecen prosperar; tiene lógica si se considera que el alcance de Internet es universal y el peso del inglés es importante; comparado con el español cada vez tiene menos relevancia pero, en este caso, por aquello de que el que da primero, da dos veces, ganó la partida por nacimiento temprano. En cualquier caso, la red sería inexacto, así como el cacofónico término que Vd. indica de interred. Internet es plural, es tráfico entre redes. Así lo recogen los primeros diccionarios técnicos en los que aparece: internet traffic = tráfico entre redes.

De las palabras asociadas yo haría algún distingo entre la de usuario e internauta. Yo uso Internet como el teléfono, y no se me ocurriría –ni creo que se le ha ocurrido a nadie– acuñar el término de telefonauta. Se utiliza un sistema que aporta información a mi entorno personal para ser usada en él. Con el mismo sentido uso Internet: obtengo información y servicios para ser usados en mi entorno, es decir, los extraigo del sistema para incorporarlos a un circuito personal mío ajeno a Internet.

Internauta debería de quedar para aquellos que viven dedicados a la red. Es decir, que extraen/incorporan información de ella para aprovecharla en ese mismo entorno. El asiduo de foros, chats y blogs sería un ejemplo, el creador de portales y páginas web, también. Para los que están absorbidos por Internet y llegan a perder la noción del mundo real no cabe lo de internauta, llegan a ser un problema de actitud difícil de definir: internetófilos e internetoides podrían cubrir la gama de lo excesivo pero normal a lo anormal. De todas formas, si se afina en el término de internauta se ve que es ya una construcción anómala: debería de ser internetnauta. Suena mal y seguramente por eso se ha abreviado, y porque la estructura de la palabra lo facilita, claro.

Con esto de Internet, de sus foros, chats y blogs, hay algo que me tiene preocupado. He observado que alguno de los que se pasan horas en estos recopilatorios de opiniones varias sufren una espantosa retroalimentación cultural y opinan, hablan y exponen una amalgama de informaciones obtenidas en ellos y consolidados en ellos. No hay aporte cultural propio o de terceros ajenos a Internet, no hay trabajo intelectual propio. Este se reduce, como mucho, a fragmentar comentarios de un sitio y rebotarlos a otro. La única perspectiva cultural es la que les da este escenario: de él, en él y para él. Desafortunadamente, en algunas prospecciones hechas por curiosidad, me da que no es un escenario de mucha calidad: lugares comunes, frases hechas, adjetivaciones generales, sobreentendidos, esos defectos que veo en el lenguaje son el pan suyo de cada mensaje. Ideas estereotipadas, rígidas, como troqueladas, respuestas sin matices, casi automáticas y normalizadas: un panorama bastante pobre al que acompañan los iconos conceptuales. Mal asunto. Los ideogramas orientales se van a quedar en pañales al paso que vamos.

Supongo que, con tales argumentos del facundo don Agustín la polémica sobre las nuevas tecnologías está servida. A mí me ha dado pie para escribir un libro entero. Tendrán cumplidas noticias sobre el particular después del verano.

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