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Amando de Miguel

Frases hechas y por hacer

Era un avispado estudiante de Salamanca que se encontró sin dinero para atravesar el Tormes. Ideó entonces que, si le contaba al barquero algunas verdades de sentido común, podría pasar gratis al otro lado del río. Así fue.

Babo (Andorra) apunta una serie de frases hechas de tipo coloquial para que le diga su significado y origen. Haré lo que pueda, pero adelanto que los dichos no suelen tener un origen preciso.

  • Marear la perdiz. Se aplica a la táctica de entretener al interlocutor con rodeos para dar largas al asunto. Supongo que esta expresión proviene del deporte cinegético. La perdiz es un ave de vuelo corto que no resiste mucho tiempo en el aire. Los ojeadores asustan y acosan a las perdices de tal forma que las cansan para así enfrentarlas mejor a los cazadores.
  • A pies juntillas (= con firmeza, sin la menor duda). Es una postura, la de los pies juntos, que revela firmeza, no vacilación. Proviene de un juego infantil.
  • A trancas y barrancas (= a pesar de los obstáculos, con grandes dificultades). Quizá sea en su origen una expresión de los caminantes que veían dificultoso atravesar barrancos armados de palos o trancas. Es evidente la sonoridad de la rima entre las dos voces.
  • Al buen tuntún (= a bulto, a la buena de Dios, con descuido, sin examinar bien las cosas). Es una derivación del modo adverbial "a bulto" con la misma significación. Lo de "tuntún" se puso como un remedo del latín, quizá de la expresión vultum tuum (= tu rostro), oída en la iglesia (Salmo 44). El "tuntún" tiene un sentido onomatopéyico.
  • Atarse los machos (= prepararse para una acción dificultosa). También se dice "apretar" o "ajustarse" los machos. La expresión viene de la tauromaquia. Los machos son los cordones que sujetan el calzón del torero por debajo de la taleguilla. La acción de atarse los machos es la de terminar de vestirse el torero, un rito que predispone al momento de la verdad.
  • Cerrarse en banda (= mantenerse firme y sin concesiones, no ceder, obstinarse). Es una expresión náutica. "Banda" es el costado de la embarcación. También se dice "cerrarse de banda· o "cerrarse a la banda". Intuyo que es una maniobra naval para enfrentar el barco a una tempestad.
  • Colgar el sambenito (= desacreditar a alguien, cargarle con alguna culpa ficticia o desproporcionada). El sambenito o saco benedicto era una especie de escapulario amarillo con la cruz de San Andrés que colocaba la Inquisición sobre los reos arrepentidos. Esa insignia se colocaba también sobre los reos relajados, los culpables que se entregaban a la Justicia ordinaria para su castigo. El sambenito era también una especie de delantal o servilleta que se usaba para no mancharse al comer. Esa prenda es un remedo del escapulario que llevan los monjes benedictinos.
  • Darle a uno mala espina (= infundir recelo o prevención). La "espina" es indicio de dificultad o inconveniente de algo molesto.
  • Decirle a alguien las verdades del barquero. La expresión procede de un cuentecillo. Era un avispado estudiante de Salamanca que se encontró sin dinero para atravesar el Tormes. Ideó entonces que, si le contaba al barquero algunas verdades de sentido común, podría pasar gratis al otro lado del río. Así fue. Después ha quedado que "las verdades del barquero" son las reflexiones espontáneas que se dicen sin muchos miramientos, a pesar de que puedan molestar a alguien. La expresión me ha inspirado el contenido de un reciente libro: Escritos contra corriente (Espasa).
  • Echar una cana (o canita) al aire (= divertirse ocasionalmente, más bien una aventura galante). Se aplica preferentemente a personas adultas, mayores incluso; de ahí lo de las canas.

Santiago Roig Mafé (Vinaros, Castellón) asegura que ya ha comprendido la expresión "de perdidos, al río". Este es su razonamiento: En la España seca y polvorienta se opta por ir al río, ya que allí "estaremos igual de perdidos pero frescos". No me convence. Es un dicho cuyo significado no está claro. Hay distintas versiones, a cual más arbitraria. Aquí las hemos discutido alguna vez. Quizá sea un criterio de orientación cuando uno se pierde en un bosque, en una sierra. En ese caso lo mejor es seguir la pendiente que marcan las aguas que descienden. Tarde o temprano se terminará en un valle y se topará uno con otras personas. Pero tampoco estoy muy seguro de esa interpretación.

Javier Saenz-Díez Touriño (Ginebra) mantiene una discusión con unos amigos sobre si se puede decir que los homosexuales son "los que le gusta el pescado" o bien "la carne"; los heterosexuales serían al revés. Ignoro cuál pueda ser el dicho apropiado. Supongo que la cosa viene de lapromiscuidadque en su origen era un término eclesiástico para poder comer carne y pescado en algunos días de abstinencia. Dado que muchos homosexuales suelen ser promiscuos (con uno u otro sexo) quizá de ahí pueda derivarse la asociación entre ser homosexual y gustarle tanto la carne como el pescado. También se dice "a vela y a vapor" para indicar el gusto por las relaciones sexuales con uno u otro sexo. Todos esos términos no se recogen en el diccionario de Camilo José Cela (ni mucho menos en los más académicos), pero están en la calle, son lengua viva.

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