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Daniel Rodríguez Herrera

Microsoft y Apple le ganan la partida a Ubuntu

Ubuntu es un sistema que tiene todos los requisitos que necesita un usuario medio, pero no ofrece nada que llame tanto la atención como para fomentar el cambio. Apple, en cambio, sí.

Hace ya casi tres años les contaba que Linux tenía una "ventana de oportunidad", un largo periodo de tiempo en el que Microsoft no sacaría ningún sistema operativo nuevo y en el que Linux podría proponer un escritorio más moderno y actual, más en la línea de Mac, que atrajera a los usuarios de Windows ofreciéndole no sólo algo equivalente y mucho más barato, sino algo por lo que les mereciera la pena hacer el esfuerzo del cambio. ¿Lo ha conseguido? Bueno, técnicamente podría decirse que sí, pero en el mundo real me temo que no.

Desde finales de 2003 ha habido grandes contribuciones a la consecución de un Linux más apto para el usuario final. La mayor de ellas ha sido, sin duda alguna, Ubuntu. Etiquetado como el "Linux para los seres humanos", es un proyecto liderado por Mark Shuttleworth, un joven empresario sudafricano que fue famoso por ser uno de los primeros turistas espaciales. Es una versión de Linux pensada para acceder al mercado que siempre se le ha resistido: las personas normales que quieren su ordenador sólo para hacer cosas de la forma más sencilla y agradable posible y no para trastear con él. La última versión de Ubuntu es el primer Linux que he instalado en mi ordenador al que no he tenido que decirle nada. Él sólo ha configurado todos los controladores necesarios y se ha conectado a la red. Además, se puede juguetear con él sin necesidad de instalarlo por medio de un LiveCD, es decir, un sistema operativo que se arranca directamente desde el CD sin necesidad de tocar nada de nuestro disco duro. Y aunque dispone de menos aplicaciones que otros, es sencillo descargar más e instalarlas.

Sin embargo, Ubuntu es un sistema que tiene todos los requisitos que necesita un usuario medio, pero no ofrece nada que llame tanto la atención como para fomentar el cambio. Apple, en cambio, sí. Tanto su hardware como el excelente sistema operativo Mac OS X entran por los ojos, algo habitualmente desdeñado por los tecnófilos, y desde que corre bajo procesadores Intel y dispone de la salvaguarda de poder instalar Windows en ellos si algo va mal, está creciendo en cuota de mercado. Más de un columnista de esta casa escribe ahora en un MacBook.

Cuando al fin Microsoft lance Windows Vista, en Linux existirán alternativas que dispongan de buena parte de sus características. Sin embargo, el sistema Linux más popular por ser el más sencillo y práctico no dispondrá de algunas de las más importantes, especialmente el ya famoso –dentro del mundillo Linux, claro– XGL/Compiz, un escritorio que se aprovecha de las tarjetas gráficas modernas para ofrecer soluciones muy al estilo Mac. Ubuntu publicará su última versión antes del lanzamiento de Vista en octubre y no parece que vaya a integrar estas mejoras. Por supuesto, como casi todo en Linux, se puede acabar instalando tras consultar diversas guías y trastear un rato pero, claro, así no podrá competir con dos sistemas operativos que ya vienen embellecidos de serie.

Seguro que muchos linuxeros desdeñan esta carencia por no tratarse de algo realmente útil. Olvidan que para muchos el poder trabajar de forma más agradable todas las horas que debe pasarse al día delante de un ordenador es una de las características más importantes que le piden a éste. El propio Shuttleworthincluíaesta novedad como una de las que debiera ir en la nueva versión de Ubuntu. Y aunque otros Linux como Fedoraincorporaráneste nuevo escritorio con efectos en 3D, ninguno de ellos tiene el atractivo que presenta Ubuntu no sólo para los neófitos en Linux sino incluso para quienes conociéndolo no quieren dolores de cabeza en el sistema que usan a diario. Una pena.

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