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Amando de Miguel

Eufemismos, palíndromos y otros juegos retóricos

Si a esa diva la dotara PSOE, feos para toda la vida seáis

Manuel González (Tenerife) se refiere a los extraños giros que se utilizan para designar el retrete. Recuerda un letrero en un bar recién abierto en Santa Cruz: “Use sin reparo nuestros servicios”. En esa ciudad había un colegio de monjas francesas. Cuando las niñas tenían necesidad de ir al retrete, tenían que pedir permiso de esta forma: “Ma mére, peux je sortir aux cabinets?”. Los alumnos de un colegio vecino de los escolapios gritaban a las chicas del colegio francés: “¡Ma mére sortir, ma mére sortir!”.
 
Hay que tener mucho cuidado con las metáforas y otras ironías del lenguaje. Nuria Morales cuenta un suceso con una de sus alumnas. En el laboratorio se manchó las manos al manipular nitrato de plata. La profesora le indicó que las manchas se irían con “tintura de tiempo”. Al día siguiente llamó la madre de la alumna con la preocupación de haber recorrido varias farmacias y en ninguna de ellas tenían “tintura de tiempo”.
 
A propósito del concurso de palíndromos, José María Navia-Osorio, siempre tan informado, me asegura que hay una enfermedad llamada “reumatismo palindrómico”. El título está justificado. “Lo característico de la enfermedad es que empieza como termina. Me explico, puede comenzar afectando una articulación de la mano, luego de la rodilla y después de la cadera, vuelve a la rodilla, sigue la mano y se acaba”.
 
Don José María aplica el principio de “la navaja de Occam” para resolver el enigma del 11-M. Argumenta que lo más sencillo es suponer que la matanza de los trenes la hicieron los terroristas vascos. Es más su estilo. Me pregunta don José María por ese terminacho de “la navaja de Occam”, por qué se llama así. Fue la síntesis del método propuesto por el genial franciscano: ante la posibilidad de varias explicaciones de los fenómenos, lo mejor era seguir siempre la más sencilla. Occam repitió una y otra vez ese principio de forma decidida, tajante. De ahí la identificación posterior como “la navaja de Occam” o también “el principio de la parsimonia”.
 
Jaime Jiménez (de la agencia EFE) aporta este palíndromo:
─ Zapatero, por ETA: Paz
 
Ya de paso don Jaime acopia este trabucamiento: retonda en lugar de “rotonda”. Aunque también ha oído esta versión: “No se veía a nadie a varios metros a la rotonda (= redonda)”.
 
Eduardo Fungairiño me envía dos palíndromos clásicos:
─ Amor a Roma
─ Amad a la dama
 
Fernando Herrero Salcedo aduce que el palíndromo por excelencia es el que dijo Dios a Moisés en el monte Sinaí: “Yo soy”. No creo que la cita sea completa, pero puede valer para este intrascendente propósito de jugar con las palabras. Lo que dijo Dios a Moisés fue: “Yo soy Yahvé, tu Dios…”
 
Claudio Verdú participa en el concurso de palíndromos con esta lista sicalíptica:
– Ama falo, no la fama.
– Atinó besar falo, Mola, frase bonita.
– ¿Ateta lela mamá? -Mámale la teta.
– La mamada a dama, ¡mal!
– ¿Seno por paja propones?
– No Ias pone solo seno: pasión.
– Oí dual: “Coño solo, sólo soñó Claudio”.
 
Ya fuera de concurso, ante unas hipotéticas elecciones, don Claudio propone este palíndromo electoral: “A Rato votará”. Me recuerda don Claudio que en un palíndromo anterior introduje un errorcillo: “Rosa” por “rusa”. Anotado queda y mil perdones.
 
Continúa don Claudio, asiduo de este rinconcillo de las palabras, para dejarme un largo palíndromo que él llama ─no sé por qué─ palindrogramo. Reza así:
─ Si a esa diva la dotara PSOE, feos para toda la vida seáis.
 
Hay que adivinar a qué “diva” se refiere el misterioso palíndromo. Qué bonito sería que en la campaña electoral los eslóganes fueran palíndromos. Se admiten sugerencias.

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