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Agapito Maestre

Europa invertebrada

La tradición socialista, siempre tan receptiva a aceptar la violencia como camino de liberación, vuelve a sus andadas y, sirviéndose de las instituciones democráticas, confunde interesadamente conflicto con violencia para hacerle un hueco al terrorismo.

No es casual que ETA robe 200 pistolas en Francia un día antes de que se apruebe en el Parlamento europeo una resolución a favor de sus métodos criminales para conseguir objetivos políticos, que eso es en esencia de lo que trata la abstrusa resolución. El robo de 200 pistolas por parte de ETA es una indicación, una amenaza, al acéfalo Parlamento europeo de que seguirán por la vía de la extorsión y el crimen hasta conseguir la independencia de los "territorios vascos" de España y Francia. A pesar de todo, y esto es lo grave, el grupo socialista del parlamento europeo, junto con los diputados "liberales" y ecologistas, no querrán oír hablar durante la sesión del miércoles en la Eurocámara del robo de esas 200 pistolas, porque los pone en evidencia, los descalifica, para hacerse cargo de la cuestión terrorista como principal dificultad para desarrollar la democracia en la UE, aparte de cuestionar, en definitiva, sus declaraciones de boquilla a favor de la "paz".

Los criminales de ETA han jugado fuerte. Así es el terrorismo. Se le concede algo y piden todo. Se esperaba. Por eso, si el grupo socialista de la Eurocámara no habla de ese robo, o peor, si hay alguien que argumenta que las dos cosas no tienen relación, estarán contribuyendo no sólo a la falsificación del debate, sino sobre todo a institucionalizar una retórica vacía allí donde se necesitan criterios claros para construir instituciones democráticas de carácter supranacional. El robo de ETA de 200 pistolas en Francia pone en evidencia a los políticos de la Unión Europea, que aplauden la negociación de un Gobierno, con apenas legitimidad democrática, con una banda de criminales que no sólo se ha arrepentido de sus asesinatos, sino que hacen ostentación, un día antes del debate de Estrasburgo, de sus métodos criminales para alcanzar metas políticas.

El robo de 200 pistolas por parte de ETA, un día antes de que se institucionalice la "cultura" de la muerte y el asesinato como métodos políticos, pone en evidencia no sólo al Gobierno de Zapatero sino que la Unión Europea es una entelequia vacía. Si el Parlamento europeo vota, finalmente, una resolución a favor de que el terrorismo de ETA sea un interlocutor valido de un Gobierno nacional, estará destruyendo la base de resolución de conflictos a través del consenso. Por este camino, Europa no podía caer más baja. ¡Qué lejos queda la cultura democrática de EE UU de la europea a la hora de combatir el terrorismo! En verdad, América lo combate, Europa lo tolera. Terrible. El cinismo más horrible está, definitivamente, instalado en Europa.

A diferencia de la democracia norteamericana, de una nación cada vez más unida contra el terrorismo, la Unión Europea muestra síntomas alarmantes de debilidad a la hora de combatirlo. La tradición socialista, siempre tan receptiva a aceptar la violencia como camino de liberación, vuelve a sus andadas y, sirviéndose de las instituciones democráticas, confunde interesadamente conflicto con violencia para hacerle un hueco al terrorismo europeo e internacional. Vuelve, sí, la "cultura" de la violencia a hacer acto de presencia en Europa. Tragedia a la vista. Tiempo habrá de pensar cómo en Europa, especialmente en el seno de las instituciones europeas, están instalándose formas diferentes de "incultura" nacionalista y terrorista, pero, ahora, hay que levantar acta de este hecho que no sólo atenta contra la cultura democrática sino contra las diferentes maneras de vertebrar Europa, especialmente contra el mercado y los estados nacionales.

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